Cuando me preguntan como lo definiría, yo siempre digo que es una persona profundamente coherente. Y creo que esto es el que retrata la película: treinta años después continúa cantante por los mismos motivos y en la misma lengua. A pesar de que quizás si hubiera cambiado de lengua y de ideas le hubiera salido más lavable. Así define el arenyenc Lluís Danés a Lluís Llach, el protagonista de su primera película: Llach, la revuelta permanente. El documental, que llegará a los cines el 9 de marzo, se estrenó en el Gran Teatro del Liceo el pasado 12 de febrero con una gran acogida del público.
Danés descubrió Llach de una forma un poco poco clásica. El primero que escuché de Llach no fue La estaca, sino el disco Astros, que me sorprendió por la capacidad de evolucionar hacia territorios atrevidos a nivel de expresión. Lluís Danés es director de escena, escenógrafo, creador de espectáculos teatrales y realizador de montajes audiovisuales. A partir de amigos comunes en el mundo teatral, Llach y Danés se conocieron y empezaron a colaborar. Desde 1999, Danés colabora con Llach, como escenógrafo de los espectáculos Poetas, Tríada, Juegos y Germanies, entre otros.
El realizador maresmenc hacía tiempo que quería hacer un documental sobre la figura de Llach. Hizo la propuesta a Jaume Roures, propietario de Mediapro, que fue aceptada inmediatamente. Cuando empezamos a trabajar sobre el tema, vimos que un momento que sintetizaba muy bien la trayectoria y la coherencia de Lluís era el Campanades a muerte, que implica la lucha social contra la injusticia y, a partir de aquí, empezamos a estirar el hilo.
Llach, la revuelta permanente es la historia de una canción, Campanades a muerte, el retrato de la persona que la escribió y la crónica de los hechos que la provocaron. El 3 de marzo de 1976, durante una assamblea de trabajadores a Gasteiz, la policía mató cinco personas e hirieron de bala cien más. Aquella misma noche, empujado por la rabia, Llach compòn Campanades a muerte. El año pasado, treinta años después de los hechos de Gasteiz, Llach volvió al País Vasco y cantó la pieza en un concierto multitudinario en recuerdo de las víctimas del 3 de marzo.
La película combina un viaje físico, que es el de Llach yendo de Porrera hasta Gasteiz para participar en el concierto conmemorativo con un viaje en el tiempo, desde que Llach empieza a cantar hasta que se entera de los asesinatos de Gasteiz. Creo que puede ser interesante por gente como yo, que conocía el Campanades a muerte, pero los hechos no los conocí a fondo hasta que no estaba trabajando en la película.
Cuando voces el documental, queda claro que en treinta años las cosas no han cambiado tanto. Lógicamente ahora estamos mejor, pero continúa habiendo senadores que el 1976 mandaban y ordenaban matar trabajadores jóvenes adentro de una iglesia. Han pasado treinta años, pero a la gente que fue asesinada, mutilada o herida nadie los ha pedido perdón ni ha habido ningún juicio contra los que provocaron los hechos. Danés no confía ni que la polémica ley de la memoria histórica pueda ayudar las víctimas de Gasteiz. A esta gente no los toca porque los hechos pasaron después de la muerte de Franco: tanto las víctimas como los verdugos están vivos y las víctimas tienen que ver como a los verdugos se los trata de portadores de la libertad. A Gasteiz algunos quisieron dejar claro que la libertad llegaría cuando tocara y que llegaría hasta donde tocara.
Ahora que el cantautor de Verges se retira de los escenarios, Danés cree que Llach agitador se mantendrá por encima del artista. Si quiere opinar, opinará. Creo que no podrá tener la boca cerrada, aunque como músico ya no esté a primera fila. Danés atribuye los motivos del adiós de Llach a una necesidad de administrar de otro modo lo se tiempo; después de seguirlo durante un año, intuyo que por él debe de haber sido llevar: empezar con 19 años, que una de las primeras canciones que compòn sea La Estaca en un país como el nuestro, ...
Dos caras de la misma moneda
La película no es la única colaboración de Danés con Llach. Durante el mes de enero, el Teatro Nacional de Cataluña (TNC) acogió el espectáculo Tranuites Circus, un montaje de teatro visual y circo dirigido por el arenyenc en que el cantautor actuaba en directo. Por Danés, el espectáculo teatral y Llach, la revuelta permanente son dos caras de la misma moneda: la película es más trágica, pero, en cambio, el Tranuites reivindica la necesidad del sueño como posibilidad de existencia.
El sueño, pero, Danés lo reivindica no sólo desde un punto de vista onírico, sino también como una revuelta permanente: el sueño es también la posibilidad de coherencia, de no conformarnos con el qué tenemos y es el que reclama el espectáculo. Hay mucho sueño por parte de Llach y la gente de Gasteiz, de hecho, el Tranuites y el documental son dos caras de la misma moneda.
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