Josep Puig y Pla

Los aciertos del cardenal

El acto de beatificación del Dr. Samsó fue realizado con acierto. La ceremonia religiosa, las intervenciones, el protocolo, la liturgia solemne pero sin estridencias. Todo a su justo punto. En un tono correcto, sin rabejar-se en su asesinato, pero sin silenciarlo; perdonando, pero sin esconder los hechos.

Se podía temer una salida de tono de extremistas de un lado o del otro. Quedó en una anécdota. Ante críticas velades de algún sector parroquial, el cardenal Martínez Sistach –el responsable del acto, por delegación del Vaticano- ha demostrado ser un hombre prudente y sabio, que sabe tejer buenas relaciones con toda la sociedad.

Se planteó todo en un línea de perdón y reconciliación. La visita del cardenal a la hija de Joan Peiró y la conversación entre ambos son una gran lección para todo el mundo, de concordia y de humanismo.

La memoria histórica tiene que reconocer todas las víctimas de los periodos republicano y franquista, explicando todas las circunstancias. Yo asistí al acto en mi condición de laico respetuoso con la Iglesia, que ni todo lo ha hecho bien ni todo mal, como cualquier obra humana. Un acto que veinte años atrás no se hubiera podido celebrar y quizás algunos queestábamos nohabríamos ido.

Destacaría dos momentos por el contenido, las palabras del delegado vaticano y del cardenal. Y tres por la forma, la entrada de los celebrants a la nave, la llegada de autoridades y la proclamación hecha por el delegado, todo el mundo derecho y él sentado (hablando ex cathedra, como el Papa), seguida de aplausos.

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