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Los caminos de ronda del sur de la Costa Brava

Lloret de Mar (la Selva) es conocido para ser uno de los municipios más turísticos de la Costa Brava. Y esto, naturalmente, quiere decir mucha gente. Pero, si queremos, e incluso en verano, podemos huir de la masificación que se vive en este municipio del sur de la Costa Brava y dar un paseo tranquila junto al mar. Si decidimos hacer esta ruta a la primavera, el otoño o, incluso, en un día soleado de invierno, todavía podremos disfrutar mejor de la calma que nos transmite el brogit del mar y las gaviotas.

El inconveniente de este tramo del camino de ronda es que no se puede hacer de un tirón, sino que lo tendremos que hacer por partes. El ideal seria poder ir de Lloret a Blandas siguiendo la línea del mar pero la construcción urbanística no nos lo permite. El sender que iba de la playa de Fenals a Santa Cristina, pasando por la Boadella, se ha perdido en los últimos años y, donde anteshabía un camino de arena, por donde se podía andar bajo la sombra de los árboles, ahora hay una avenida. En otros tramos las calles de las urbanizaciones también hacen perder el encanto del típico camino de ronda de la Costa Brava. Por eso, el mejor será quedarnos con los tramos realmente interesantes.

El primero que podemos hacer, y uno de los más largos, bonitos y solitarios, es el tramo que une Cala Truenos, en la urbanización de la Montgoda, junto a Cala Canyelles, con el paseo marítimo de Lloret de Mar. Llegaremos hasta la pequeña cala rocosa desde el extremo derecho del paseo de la villa, donde tomaremos el camino adoquinado que empieza justo a la puerta de entrada al castillo. Hasta llegar a Cala Truenos tenemos una agradable paseada de tres cuartos temprano, si nos lo tomamos con mucha calma.

El segundo tramo del camino de ronda empieza al otro extremo del paseo, donde se levanta el monumento a la Mujer Marinera, un buen mirador de toda la bahía de Lloret. El camino, a la orilla del mar, nos trae en un cuarto temprano hasta Cala Baños, donde encontramos un bar lleno de encanto, donde si queremos podremos sentarnos en unas mesas al aire libre y con el mar a nuestros pies.

De Fenals a Blandas, el tramo más urbanizado
El tercer tramo del camino de ronda es el que ha quedado más perjudicado por las obras urbanísticas de los últimos años. Ya casi no queda rastro del antiguo camino de arena que antes unía la playa de Fenals con la Cala de Santa Cristina. Si queremos evitar calles y coches, la ruta nos queda reducida ahora a dar un paseo por el paseo de Fenals y seguir un corriol que sube, más o menos a mitad del paseo, por el medio de un pequeño reducto de árboles que se han conservado a la fachada marítima. Iremos a parar junto a los jardines renacentistas de Santa Clotilde, que podemos visitar.

El GR-92 sigue por una gran avenida hasta Cala Boadella y la Cala de Santa Cristina, que vale la pena de ver. Si queremos, podemos ahorrarnos hacer esta larga subida a pie, que no presenta ningún encanto porque pasa por carretera, y acercarnos en coche hasta Santa Cristina, la única playa de arena fina de esta parte de la Costa Brava. Desde aquí podemos continuar, también por carretera secundaria, hasta Cala de Sant Francesc, que ya pertenece a Blandas.

El sender entre Lloret y Blandas, más que camino de ronda, es una sucesión de pequeños tramos que nos permiten disfrutar de los rincones más tranquilos de esta parte de la Costa Brava tan masificada en verano.

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