Los últimos datos del paro, que pertenecen al mes de febrero pasado, señalan que la tasa en Mataró ha marcado un nuevo recuerdo y ya supera el 20%. La subida respecto a la misma época del 2009 es del 25,75%. Y un estudio reciente de Comisiones Obreras apunta que la capital del Maresme tiene el porcentaje de parados más elevado entre los municipios catalanes de más de 50.000 habitantes. La situación, muy preocupante, se podría explicar simplemente por los efectos de la crisis económica global que golpea todo el mundo por igual. Pero los agentes económicos y sociales consultados por capgros.com coinciden al asegurar que las causas van más allá de la actual coyuntura y señalan dos problemas endémicos que sufre la ciudad: la pérdida de tejido industrial, provocada en parte por la crisis del textil, y la baja calificación de la población, fruto de una elevada tasa de fracaso escolar.
"Nos estamos quedando sin tejido empresarial en la ciudad", lamenta la presidenta de la Federación de asociaciones y gremios empresariales del Maresme, Roser Moreno. "Las empresas se adelgazan muchísimo o directamente caen y ya no vuelven a poner en marcha, y esto nos hace perder sectores económicos que no volveremos a recuperar", añade. El hundimiento del género de punto ha sido clave en este sentido, pero no ha surgido ninguna alternativa que eche del carro. "Desde la muerte del textil, cada día tenemos menos industria en Mataró, prefieren marchar a Cabrera o Argentona donde disponen de suelo más asequible", denuncia Antoni Graupera, presidente del Gremio de Restauración y Hostelería del Maresme. "En la última década la evolución industrial en Mataró ha sido muy negativa y no hemos sabido encontrar un sustitutivo que genere ocupación", explica el secretario general de Comisiones Obreras en el Maresme y Vallès Oriental, Ovidi Huertas. El sindicalista lamenta que Mataró tenga "una política industrial inexistente".
Con la crisis del textil y la transformación del mapa económico provocado por la globalización, el sector servicios ha pasado a ser el denominador a la ciudad, por encima del industrial. Las fuentes consultadas no acaban de verlo como un movimiento positivo. "Estamos dando una ocupación de menos calidad y de lava más baja, cosa que afecta la rueda del consumo", destaca Huertas. Para Lluís Torrents, secretario comarcal de UGT en el Maresme, es básico reequilibrar el tejido económico local. "Si el 90% de nuestra estructura económica se basa en los servicios fracasaremos", prevé. Desde la Asociación de Empresarios del Género de Punto de Mataró tampoco lo ven nada claro. "A quien daremos servicio si no tenemos industria y ocupación", se pregunta su presidente, Josep Espígul. Él mismo cita el caso de Sabadell, que también perdió suya industria textil pero mantuvieron el sector metalúrgico. En Mataró no se intuye una alternativa industrial al alcance.
Una población poco cualificada
La crisis del textil y de la construcción ha abocado al paro muchos trabajadores de estos dos sectores, que en muchos casos conseguían ganarse bastante bien la vida sin necesidad de ningún tipo de formación. Muchos jóvenes de la ciudad no acababan los estudios, engruixint así el porcentaje de fracaso escolar, porque en estos dos ámbitos encontraban una salida profesional. Esto se ha acabado. "Quién tiene poca formación queda automáticamente expulsado del mercado laboral", sostiene Roser Moreno, que lamenta que todos los parados provenientes del textil y la construcción "no estén preparados para encontrar trabajo en otro sector".
La regidora de Promoción Económica, Alícia Romero, recuerda que la mayoría de parados son ciudadanos "de baja qualificacio", cosa que reprocha al pasado textil de la ciudad. "Muchos empresarios se enriquecieron con el género de punto sin conocimientos empresariales o de ingeniería. Sus hijos siguieron el ejemplo, porque no los hacía falta formación para salir adelante, y ahora lo pagan", resume la regidora. Cuando el género de punto cayó, lo sustituyó otro sector coyuntural como la construcción, que generó la misma dinámica y que también estalló. Desde UGT y CCOO coinciden al criticar que no se haya invertido en formación profesional, una salida que habría permitido. "ocupar los jóvenes en especialidades más vinculadas con las necesidades productivas de la ciudad", constata Lluís Torrents.
Hay solución?
Como responsable municipal de promoción económica, Alícia Romero asegura que la ciudad encontrará salidas en esta preocupante situación. Lo hará apostando por la formación profesional, siguiendo la reivindicación sindical, con la llegada del Corte Inglés y a través del TecnoCampus, que "generará un conocimiento que se transformará en empresas, que a la vegada crearán riqueza y puestos de trabajo". Otros agentes no lo ven tan claro. "La atracción de empresas de I D al TecnoCampus parece un proyecto de cara a la galería", dicen desde el Gremio de Restauración. Josep Espígul destaca que en el futuro "no todo el mundo podrá ir con bata blanca". El TecnoCampus es positivo "como horizonte", pero se pregunta "qué hay más detrás", porque sólo con el Parque Tecnológico "no vamos en ninguna parte". Y Roser Moreno lamenta que Mataró tenga en mente muchos proyectos de futuro "pero nada que sea ya una realidad para liderar el cambio necesario".
Los sindicatos apuestan para cambiar el tejido productivo y económico, la misión que tiene el TecnoCampus entre ceja y ceja. "Pero el parque tecnológico tiene que ser basta habilidoso para atraer empresas, porque la investigación por sí sola no da ocupación", destaca Huertas. Y Torrents reconoce que este proceso sólo se puede entender a medio y largo plazo. "También generar ocupación no excesivamente calificada de manera inmediata en sectores nuevos como las dependencias".

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