Un felí como animal de compañía.
Un felí como animal de compañía.

Protectora de Animales de Mataró

Los gatos y los niños de la casa

La manera de convivir es importante tanto por los menuts cómo por el animal.

Una de las razones por las que unos padres se pueden plantear la adopción de un animal es la insistencia de los hijos, que quieren tener un nuevo compañero de juegos. Un golpe verificado cuidadosamente que no se trata de un capricho infantil, muchos progenitores se decantan por un gato. Los gatos son limpios, independientes, se pueden quedar horas sólo en casa sin sufrir ansiedad y no hay que sacarlos a pasear. En definitiva, son perfectas para la vida moderna dentro de la ciudad.

Crecer junto a un gato es una de las mejores lecciones de empatía y responsabilidad que podemos dar a nuestros hijos pero, al comienzo, tendremos que refrenar su entusiasmo. A menudo la impaciencia de los niños para conocer al recién llegado los puede traer a ser invasivos y a acercarse demasiado rápido a un gato que acaba de llegar a un lugar desconocido.

Es importante no invadir su espacio y estar atentos a orejas y colas para saber si están a la defensiva

No tenemos que olvidar nunca que el gato es un felí, cosa que lo hace territorial y rutinario. Para ellos son muy estressants los cambios. Así que es muy probable que el gato llegue a casa nuestra muy nervioso. Por lo tanto, se aconsejable un acercamiento gradual, dejando que nos huela y "pidiendo permiso" antes de tocarlo. Su lenguaje corporal es muy claro, pero desgraciadamente todavía es bastante desconocido para nosotros. Aprender cosas sobre el mundo fascinante de los felins puede ser una buena y entretenida manera de preparar su llegada.

Si el gato todavía tiene un poco de miedo, podemos acercarnos un poco, siempre a su altura y nunca desde arriba, y hacerle señales de calma. Cuando dos gatos que no se conocen se encuentran y ninguno de ellos quiere un enfrentamiento, siempre evitarán las miradas directas. Se mirarán y apartarán la mirada. También pueden hacer el que se denomina "besos de gato", que consiste al abrir y cerrar lentamente los ojos. Si nuestros hijos lo practican, verán que, rápidamente, el gatito los responde del mismo modo. El que le hemos dicho en su propio lenguaje es "no te quiero hacer daño, pero respeto tu distancia de seguridad".
Tenemos que evitar invadir su espacio y estar atentos a orejas y cola. Cuando un gato mueve la cola, al contrario que con los perros, solo ser un aviso de que la paciencia de nuestro compañero comenta a agotarse. Si lo estamos mimando o intentando jugar con él, es mejor que lo dejamos por otro momento. No tenemos que olvidar nunca que es un ser vivo y que, como nosotros, puede tener días mejores o peores.

Si tenemos un poco de paciencia, esta se verá recompensada enseguida. Vale la pena respetar los tiempos del gato porque así muy pronto el nuevo miembro de la familia y los más pequeños serán inseparables.

No es un juguete

Hay que recordar, como ya han explicado en más de una ocasión desde la Protectora de animales, que tener un animal de compañía se tiene porque se quiere, pero un golpe se tiene, supone toda una serie de responsabilidades hacia él. Hay que considerar que todo animal comporta, en más grande o pequeña medida, una serie de gastos económicos fijos (alimento,vacunación, desparasitació, higiene...) y otras variables (si el animal enferma, si tiene unaccident, si nos tenemos que absentarocasionalment de casa...); todos estos gastos tienen que ser entendidas por los propietarios como parte de la economía familiar. También hay que tener en cuenta el ritmo de vida y si este es compatible con tener un gato a casa.

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