En los días previos a la actuación del XIV aniversario de los Renacuajos, que tendrá lugar este domingo a la plaza de Santa Maria, la pandilla mataronina ha participado en la iniciativa Todos somos una pandilla. El proyecto ha consistido en varios talleres en el entorno del hecho casteller, abierto a aquellos ciudadanos que nunca han estado en contacto con este fenómeno. Especialmente los recién llegados. Algunos los habían visto alguna vez por televisión, pero nunca habían pensado al participar activamente. Y la sonrisa que tienen de oreja a oreja al finalizar el taller deja entrever que se pensarán esto de formar parte de una pandilla castellera. Uno de los más contentos es Soumaila Fomba, procedente de Malí y residente en Mataró desde hace tres años. "Me lo he pasado muy bien, sobre todo con esto de subir arriba de otra persona. Es difícil pero creo que lo podría hacer", explica Fomba, que tomó parte en el taller del pasado sábado, día 29.
Algo menos claro lo tiene su amigo Yaya Pomba, que no se ha atrevido a escalar y su colaboración se ha limitado a la piña. "Me hacía respete subir. Juego a baloncesto y no creo que me quedara tiempo para venir a hacer castillos, pero ha sido muy interesante conocerlo". Originaria de Bolivia, Carmen Lazcano hace diez años que vive a Llavaneres, y por primera vez siendo tan de cerca los castillos. "El que más me ha sorprendido es la facilidad para romper esta barrera que es lo tocarse, sin vergüenza y sin miedo, y con el objetivo de hacer fuerza porque las construcciones sean seguras", dice. Al ver las grandes fotografías que cuelgan del local de los Renacuajos con las construcciones más altas, Lazcano exclama: "Se tiene que tener mucho valor para hacer esto, me parece incluso peligroso, pero me encanta verlo". Lazcano se saca la faja diciendo que no descarta volver, y que será clave convencer a su marido, también presente al taller, pero quizás mirándoselo con más distancia.
Posibles fichajes
El capataz, Lluís Feliu, destaca que iniciativas como 'Todos somos una pandilla' son positivas porque "acercan la gente, venga de donde venga, al mundo casteller". Feliu espera que del seguido de recién llegados que han tomado parte en el taller se pueda desprender "algún fichaje" para los Renacuajos, que siempre están abiertos a recibir nuevos miembros. "Toda pandilla castellera necesita siempre más gente, es básico si quieres hacer castillos más importantes", destaca Feliu.
Un momento del ensayo
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