El pueblo de Siurana (el Priorato), que pertenece al municipio de Cornudella de Montsant y hace de frontera entre la Sierra de Prades y el Montsant, se encuentra ensartado sobre unos espectaculares riscos que se ven, imponentes, sobre el embalse que trae el mismo nombre del pueblo. Desde bajo vemos este núcleo de origen medieval y pasado sarraceno muy pequeño y nos parecerá, incluso, que está muy lejos. Pero en tan sólo dos horas llegaremos hasta el pueblo, resiguiendo el pantano y ensartándonos, después, por estos impresionantes riscos siguiendo un camino adoquinado de herradura que usaban antiguamente los habitantes de la zona para subir en Siurana con las mulas. De Siurana volveremos a bajar al embalse, completando una ruta circular de tres horas y media de duración.
Llegamos al pantano de Siurana desde Cornudella de Montsant (el Priorato), pequeño pueblo a pies de los riscos de Siurana. Desde aquí tomamos el camino que sale de la presa, donde podemos aparcar el coche, y que da la vuelta a todo el embalse por su ribera. Al final del pantano, llegamos al Riuet de la Gritella, que seguiremos durante unos 10 minutos. Tenemos que ir en cuenta de no perder el camino, que nos hará pasar por un lado a la otra del río en tres ocasiones.
Cuando el camino se bifurca, algo más adelante, tomamos el camino de la izquierda, indicado con señales amarillas, y que nos trae hasta la pista forestal que une Cornudella de Montsant con Siurana y que seguiremos hacia la derecha, dirección al Charco de la Paja, un gorg que forma el río a nuestra derecha. Enseguida llegamos a un cruce, donde un corriol atraviesa la pista por donde vamos. En este punto tomamos el camino hacia la izquierda y que se ensarta directamente por el risco por el Grado de la Trona por un camino de herradura, señalizado con las marcas de color blanco y amarillo de sender de pequeño recorrido (PR), y que nos trae en tres cuartos hora hasta Siurana.
Durante la subida tendremos tiempo de comprobar por qué este es un pequeño paraíso para los escaladores. Pasaremos por el lado de paredes escarpades, donde los forofos a este deporte han abierto varias vías de escalada, mientras disfrutamos de las vistas aéreas que nos ofrece este camino por donde andan, que resigue los riscos y que nos da la sensación de estar en un balcó natural. La subida tiene un desnivel de 200 metros. No es mucho pero es bastante directo porque se hace en un tramo muy corto. Si en algún punto creemos que no tenemos fuerzas para continuar, seguís este consejo: paraos, tomáis aire, descansáis unos minutos y seguís adelante. Pero no reculáis porque os perderéis el mejor de la salida. Justo antes de llegar a Siurana el camino pasa por La Trona, una roca muy peculiar, que se denomina así porque cuelga del risco en forma de cadireta, y desde donde se tienen unas vistas fantásticas de todo el entorno.
Por fin llegamos a Siurana, donde podremos comer o tomar un refresco mientras contemplamos el paisaje y nos imaginamos este pueblo, cuando era una importante capital árabe. La leyenda explica como la reina mora, al verse acorralada por los cristianos, saltó con su caballo por estos riscos para no caer en sus manos. Nosotros bajaremos de una forma más tradicional: por el Grado de los Portales, siguiendo un camino adoquinado señalizado como sender de pequeño recorrido, con las marcas blancas y amarillas. En poco menos de una hora y media habremos vuelto al embalse de Siurana y en su punto de salida de nuestra excursión.

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