En Maragall también vivió ayer protestas sindicales. Eso sí: bastante más discretas que las de Artur Mas. Sin renunciar a la americana y la corbata, el candidato socialista hizo la primera incursión obrera de la campaña. En Cornellà de Llobregat visitó la planta de la empresa Mecalux, "una catedral industrial impresionante". Qué poeta!
El caso es que el templo no pasa sus mejores días. Cada vez cuenta con menos fieles, porque está externalizando la producción. Y tenemos la parroquia alborotada. Maragall el evangelitzador lo comprobó in situ, en un encuentro entre la dirección y los empleados. Soplaban aires de guerra santa.
Justo es decir que yo noestaba, pero un compañero de ruta me lo ha explicado. Se ve que el cirio Pasqual quiso poner luz al conflicto. Propuso que los trabajadores participaran en la gestión de la casa. El gerente se lo tomó como una salida de iluminado. Total, que los feligreses lo despidieron, a él y al cortejo mediático, con una pancarta de protesta. Nadie los hizo mucho caso.
Al atardecer, Maragall plantó el púlpito al Teatro Auditorio de Granollers, ante un millar de missaires convencidos. A mi lado se sentó en Paco Agudo, un periodista de Radio 7 Vallès. Mientras esperábamos el sermón, me explicó con entusiasmo el trabajo de los servicios informativos y la repercusión que tiene entre los granollerins. Entonces le pregunté quéopina, del hecho que en Mataró continuamos sin radio municipal. Le parece lamentable, está claro. Encuentra que una capital de comarca como la nuestra tendría que tener emisora. Amén.
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