Pocas discusiones y bastante unanimidad en el último pleno ordinario de la legislatura. La toma de posesión del nuevo regidor de Convergència i Unió (CiU), Marcel Martinez, que sustituye Antoni Valls, fue la nota más destacada de un pleno bastante más corto del que es habitual y en que la mayoría de puntos estuvieron relacionados con aspectos de la gestión diaria de la administración municipal, lo cual evitó rifirrafes entre los regidores.
En la rueda de prensa posterior al pleno, el alcalde, Joan Antoni Baron, ha justificado la brevedad del pleno, puesto que el gobierno no traía decisiones importantes y, a las puertas de unas elecciones, no es el momento de traer al pleno según qué cuestiones. Baron también ha aprovechado para hacer balance de un mandato en que, según él, los plenos han sido el reflejo de la complejidad de la ciudad y se ha alegrado que ha habido mucha participación ciudadana gracias a las diversas intervenciones que de vecinos, un hecho que ha calificado de ejercicio de normalidad democrática.
El alcalde también ha comentado los numerosos cambios de regidores durante estos cuatro años (seis, además del paso de Josep-Lluís Martí a regidor no adscrito) y ha indicado que pase el que pase el 27 de mayo, habré tenido el honor de haber sido el alcalde de la ciudad durante tres años. Baron considera que hacer de alcalde le ha significado un enriquecimiento personal y aprender muchísimas cosas.
Consenso con las banderas
Además de la presentación del informe anual del Defensor de Ciudadano de Mataró, el único punto un poco caliente fue la discusión sobre la propuesta conjunta de CiU y ERC para solicitar el uso del catalán y la señera a los edificios públicos. A pesar de que la propuesta se acabó aprobando con los votos afirmativos de los cinco grupos municipales (y también Josep-Lluís Martí), el portavoz socialista se alegró que los dos partidos nacionalistas se apunten a actuar tal como marca la ley en materia de símbolos.
La intervención de Bassas, que pidió que los símbolos sirvan para unir y no para separar, molestó Joaquim Fernandez, que enseguida replicó para aclarar que la federación sólo había pedido que en el ayuntamientoondeara exclusivamente la señera dos días el año y se quejó que el socialista hubiera insinuado que CiU era partidaria de no cumplir la ley.
En un momento, un grupo de inmigrantes que reclamaban su derecho a voto y llevaban pegatinas de ICV a la ropa entraron al Salón de Plenos y observaron durante un rato el pleno, a pesar de que sin intervenir de ninguna forma. Todavía queda un último pleno, extraordinario, que se celebrará un golpe hechas las elecciones municipales y que servirá para aprobar el acta del pleno de este jueves y despedir los regidores que no continúan.

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