Los diferentes conflictos bélicos de finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX –Guerra Civil, Primera Guerra Mundial, Guerra de Cuba, el conflicto del Aaiun- afectaron profundamente la familia de la pintora mataronina Marta Duran. Hermanos y tiets de su abuela se vieron obligados a marchar de casa fusil en mano para jugarse la vida en el campo de batalla, incluso a ultramar. Algunos novolvieron. El artista tiene un recuerdo por todos ellos a la exposición Jardín de silencios', que se inaugura este viernes en Can Arenas, dentro del ciclo 'Arte y guerra'.
La Sala 1 de la casa de la calle Argentona mostrará varios cuadros dedicados a estos familiares y a toda la gente de su generación. Obras como "Jardín mutilado" que rememoran la Gran Guerra, o 'Camino sin regreso', sobre el viaje de dos de los tiets de la abuela a combatir los americanos en Cuba. Eran escultores, y trabajaban en la Sagrada Familia de Gaudí. Sólo uno de ellos volvió de la fatídica guerra colonial. "Lo encarcelaron, pero entre rejas se dedicó a hacer esculturas con el jabón que los daban para lavarse. Cayó en gracia y lo acabaron liberando", explica Duran. Otro de los cuadros que integran la exposición recuerda el familiar que marchó al Sáhara en 20, a luchar al conflicto de A el-Aiun, donde seestuvo más de tres años. "Lo reclutaron con alpargatas", destaca el artista. La obra se titula 1926-2010, como muestra de un conflicto que está enquistado (el año pasado El Aaiun sufrió nuevas revueltas). Todos los cuadros son inéditos, excepto uno de gran formato que da título a la muestra. Se trata de un gran jardín dejado de la mano de Dios, pleno de plantas que crecen en el desorden. Un símbolo del abandono, del adiós al hogar, y del inicio a un camino incierto.
Además de la muestra de Marta Duran, Can Arenas también vivirá otra inauguración este viernes. Concretamente, dedicará una de sus salas a recordar las primeras exposiciones al Museo de Mataró de Jordi y Jaume Arenas, entre los años 1944 y 1946.

-
Comentarios