Martí Roca tiene 36 años y hace tres que se dedica de manera profesional y exclusiva al póquer. Empezó a jugar hace seis, y lo estuvo compaginando con su trabajo de profesor de economía al Instituto Miquel Biada. El fin de semana pasado se proclamó campeón de las World Serías of Poker Europe, donde se embolsó más de un millón de euros después de superar a rivales que había tenido como ídolos y que veía en vídeos. Un triunfo que le permitirá cogerse un descanso, pero que no le hará cambiar sus rutinas de trabajo. Porque el póquer lo enfoca así, como un trabajo diario.
"Por mí es un trabajo normal y corriendo, me adentré en el mundo del cash (jugar con dinero real) para conciliarlo con la vida familiar. Traigo la niña a la escuela y un golpe en casa empiezo a estudiar aspectos de mi juego, leer artículos, repasasr manso y hacer sesiones de juego, unas cuatro horas. Entre las 17 y las 18h cierro y hasta el día siguiente", relata Roca, que añade: "Si hago algún torneo los fines de semana, que es la modalidad que me gusta, lo cuento como horas extra".
Juega mesas "adaptadas a mi nivel" y siempre con una almohada para evitar riesgos: "se recomienda tener entre 50 y 100 veces el que cuesta entrar a una mesa; si juegas partidas de 200 euros, tener entre 10.000 y 20.000 euros para compensar las malas rachas que seguro tendrás; si lo haces así y juegas bien, el máximo riesgo que hay es que lo dejes porque no puedes vivir de esto. Si alguien sólo hace que perder y no se ajusta a su nivel ni a la caja que tiene, es un irresponsable y puede ser un problema de ludopatia".
Roca entró al WSOPE por un torneo de 250 euros que tenía como premio la entrada, quiere y hotel a la cita de la República Checa. "Un golpe allá, entre 500 jugadores y algunos de los mejores del mundo, fui viendo que tenía opciones, sobre todo porque a la mesa final entré con el segundo mejor stack". Allá, tanto "concentrado como ilusionado", jugó bien las cartas y consiguió el gran premio.
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