Más totxo a Cereza Industrial

Recientemente, el gobierno municipal (PSC-CiU) aprobó el proyecto de urbanización de la zona de Cereza Industrial. Con esta aprobación, parece que no tardaremos a ver las grúas preparadas para construir nuevos edificios al solar que hay entre los barrios de Cereza y Camino de la Sierra. El proyecto se prevé que se desarrolle en seis fases, de dos años cada una. Esto si todo va cómo está previsto, pues una condición imprescindible para iniciar las fases sucesivas es que los pisos se vayan vendiendo. Y me permitirán que dude que, en los tiempos que corren, esto pase tan fácilmente. Si no se venden, la foto está cantada: edificios fantasma vacíos y la zona sin urbanizar. La viva estampa de la crisis del totxo y la explosión de la burbuja inmobiliaria.

En breve empezará la primera fase, que consistirá en la construcción de unas doscientas viviendas nuevos de trinca (en total serán seiscientos, algunos de siete pisos de altura), cuando hace pocos días supimos que en Mataró hay unos 2.000 pisos vacíos en manso de particulares. Hay viviendas disponibles en la ciudad, pero nos emperramos al construir de nuevos. Y parece que estos años de crisis no han servido para aprender algunas cosas. No hemos escarmentado.

Las asociaciones vecinales de la zona (Cereza, Camino de la Sierra y Molinos, además de la Federación de Asociaciones Vecinales de Mataró), ya han mostrado su preocupación y han presentado en el gobierno municipal un extenso documento con alegaciones. Los dirigentes vecinales opinan que el gobierno ha aprobado el proyecto a instancia de los promotores, y opinan que sólo sacarán beneficios los propietarios de los terrenos, no los vecinos y vecinas. Hay que tener en cuenta que se quieren construir seiscientas viviendas en un sector que difícilmente puede asumir un incremento de población como el previsto. Como ejemplo, recordamos que el centro de atención primaria de Cereza-Molins está muy masificado y los vecinos hace años que reclaman su ampliación. Con la llegada de más gente al barrio, la saturación del centro aumentará. Es de sentido común que si se construyen pisos hay que ampliar y mejorar los servicios públicos y las zonas verdes de la zona. Esta tendría que ser la prioridad.

Los dirigentes vecinales se quejan de carencia de diálogo con el gobierno municipal, un gobierno que, explican, parece que actúe en beneficio de los promotores y no de los vecinos que tienen que representar. Esperamos que en las próximas fechas se abren vías de diálogo formal entre gobierno y asociaciones de vecinos. Si no hay diálogo, la movilización vecinal está servida.

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