Francesc Masriera

Mataró no tiene museïtzades los restos romanos

Mataró es, por vergüenza nuestra, la única ciudad de Europa que no tiene museïtzades los restos romanos

Casi treinta años de gobiernos socialistas y tripartitos a nuestra ciudad han servido porque, entre otras muchas carencias (el museo del género de punto hace años que espera, no quieren que la casa natal de en Puig y Cadafalch acontezca casa-museo, las colecciones de arte del museo no pueden ser expuestas permanentemente por carencia de espacio, etc..) Mataró tenga el triste privilegio de ser conocida como la única ciudad de Europa que no tiene museïtzades los restos romanos que hay en su subsuelo.

La ciudad romana de Iluro, en opinión de los técnicos una de las pequeñas ciudades romanas más muy estudiadas de nuestro país, es casi invisible a los ojos de los mataronins y las mataronines. A pesar de las reiteradas prometidas que se han hecho desde los gobiernos municipales, la realidad es que esta situación nos niega, desde hace ya demasiadas años, poder ejercer en plenitud nuestra condición de ciudadanos y ciudadanas.

Ni la casa de los Delfines, a la Plaza Grande; ni el tramo de la calle principal de la ciudad romana de Iluro, a Can Fulleracs, a la calle Santa Cristòfor; ni la casa benestant de la Isla de Can Cruzate; ni la bodega de vino encontrado a la calle de Santo Simó; ni los baños públicos de Can Xammar; ni la taberna de la calle de en Pujol; ni las torres de defensa de la calle de en Palau; ni el mercado público de la Plaza Chica; han sido convenientemente museïtzats para que los mataronins y las mataronines, pero también todas aquellas personas que nos visitan, podamos conocer, de primera mano, un periodo capital de la historia de nuestra ciudad.

Además, no podemos olvidar que la desidia y la negligencia de los sucesivos gobiernos municipales han estado a punto de permitir la destrucción de los restos de la Villa romana de Torre Llauder. A pesar de ser conocedores, desde hace como mínimo 10 años, del proceso de degradación que sufre el yacimiento arqueológico y muy especialmente sus mosaicos, no ha sido hasta que se han encontrado acorralados entre la espada y la pared – o actuaban rápidamente o se tendría que tapar el yacimiento y cerrarlo en el público – que han empezado a moverse tímidamente.

No exagero cuando digo que es del todo impensable que estas situaciones se hubieran podido producir en ninguna otra ciudad de la civilizada Europa. Aquí, en cambio, esconden la cabeza bajo el ala, malgastan dinero en mil y un estudios que nunca se hacen realidad, y echan pelotas fuera cada vez que se los pregunta. Eso sí: durante todos estos años, a la hora de construir pisos, no los ha ganado nadie.

Qué sentido tiene gastar recursos públicos en la investigación de restos arqueológicos si, un golpe estudiadas, este conocimiento no se pone al alcance de la ciudadanía? Dejando de banda el evidente atractivo turístico que, desde una óptica cultural, podría tener para nuestra ciudad la cuidadosa museïtzació de los restos de la ciudad romana de Iluro, es indudable que la preservación del patrimonio histórico sólo tiene razón de ser si, a través de su divulgación, nos hace, a todos y a todas, algo más ricos, culturalmente hablante.

Hasta cuándo?

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