El veterano actor mataroní Joan Pera se enfrenta a uno de los retos escénicos de su vida: interpretar 'El avaro' de Molière. A primera vista su elección resulta sorpresiva: el Pera más popular, el de comedias como 'La Extraña Pareja', es difícil de asociar a los grandes clásicos teatrales. Pero el actor reivindica que su papel a la obra dirigida por Josep Maria Maestras, que se estrena al teatro Goya oficialmente este 16 de febrero, no es "ningún salto mortal ni nada antinatural". Más allá del Pera capaz de dar risa sin cesar toda una platea, hay un hombre con medio siglo de trayectoria arriba de los escenarios donde ha interpretado todo tipo de papeles, también dramáticos y de grandes autores.
Así que no nos tiene que sorprender que interprete 'El avaro'?
Para nada del mundo. Mi preocupación siempre ha sido llegar el público, comunicar con él. Esto siempre me ha sido fácil en el ámbito cómico, pero en el dramático tampoco me es ningún problema. Con Harpagon (el protagonista de la obra) el reto es el mismo, comunicarme con los espectadores, pero este golpe sin tanto de humor, con momentos dramáticos. El avaro es una gran comedia universal, con toques trágicos. Quizás al público le sorprenderá la parte más dramática de la historia.
Su bagaje va mucho más allá de la comedia y la televisión.
La gente te cuelga etiquetas fáciles. Hace unos días tuve un pequeño incidente al metro porque voy tatxar mal el billete y me acabaron enviando a un policía. Le dije 'qué tengo que hacer ahora?' y se me quedó mirando y me respondió 'explíqueme un chiste!'. Esta es la idea que tienen muchos de mí. Claro que he hecho mucha comedia, pero la mayoría tienen un trasfondo muy dramático, tapado por el humor. 'La extraña pareja', por ejemplo, en el fondo es un drama que muestra la soledat, a pesar de que esté hecho y dicho con gracia.
Ha afirmado que se plantea la obra con voluntad juguetona. Qué quiere decir con esto?
En Francia traer a escena una obra dicen 'jouer', y los anglosajones, 'tono play'. Aquí somos los únicos que no jugamos! 'El avaro' es una comedia muy guapa que disfrutaré, pero que también me hace sufrir por la responsabilidad y las expectativas que han puesto en mí. De esta presión escapo jugando, porque para mí salir a escena es un juego precioso, magnífico, es una suerte que tenemos las personas. Este texto te permite toda la gama posible de interpretaciones; el personaje es despreciable y avaricioso, pero también tiene un punto de dulzura, de enamoradís... Puedo jugar con él, y también con las palabras. Bien, todo el que me dejan jugar, claro!
Qué margen de libertad le ha dado Josep Maria Maestras?
Mis relaciones con los directores a menudo no han sido demasiado buenas, porque me gusta improvisar, jugar, y esto los molesta. Pero con en Maestros la cosa ha ido muy bien. Y esto que al principio pensaba de mí 'ay este!'. Pero nos hemos entendido muy bien. En una comedia la relación con el público es tan directa que el director prácticamente no tiene nada a hacer, pero en este caso hablamos de un personaje tan complejo que necesitas un director detrás. Sin él yo no habría llegado al nivel que he podido llegar. El teatro es siempre una obra de conjunto, aunque acabes saliendo solo al escenario. Cuando hay una relación buena entre todo el equipo, el montaje te gustará más o menos, pero siempre queda redondo.
Cómo ha sido el proceso creativo de 'El avaro'?
Este golpe ha sido un trabajo durísimo. Hemos ensayado entre 6 y 8 horas diarias durante meses. Ya me gusta hacerlo, pero es esgotador, me canso mucho. Ya dije que no lo volvería a hacer.
Por lo tanto no estamos ante una obra más.
Es un punto, un tipo de cierre de círculo. Empecé mi carrera en el mundo dramático interpretando obras de grandes autores como Bertolt Brecht, Christopher Hampton o Salvador Espriu. Después entré en una historia muy divertida, la de hacer comedia. Y el problema, entre comillas, que he tenido es que la gente me ha estimado mucho por eso, y yo me veo incapaz de no darle el que vol. Ahora el que los ofrezco es una comedia extraordinaria con una manera de hacer mucho "Pera", con la cual no reirán tanto como siempre ríen, pero que sí que los prometo que se lo hará pasar muy bien.
La considera el punto culminante de su carrera?
Uf, a mí me hace un poco de miedo hablar de estos conceptos, de culminación, de llegar al final... Ahora hacemos esta obra y ya veremos qué nuevo camino nos abre!
Así que no nos tiene que sorprender que interprete 'El avaro'?
Para nada del mundo. Mi preocupación siempre ha sido llegar el público, comunicar con él. Esto siempre me ha sido fácil en el ámbito cómico, pero en el dramático tampoco me es ningún problema. Con Harpagon (el protagonista de la obra) el reto es el mismo, comunicarme con los espectadores, pero este golpe sin tanto de humor, con momentos dramáticos. El avaro es una gran comedia universal, con toques trágicos. Quizás al público le sorprenderá la parte más dramática de la historia.
Su bagaje va mucho más allá de la comedia y la televisión.
La gente te cuelga etiquetas fáciles. Hace unos días tuve un pequeño incidente al metro porque voy tatxar mal el billete y me acabaron enviando a un policía. Le dije 'qué tengo que hacer ahora?' y se me quedó mirando y me respondió 'explíqueme un chiste!'. Esta es la idea que tienen muchos de mí. Claro que he hecho mucha comedia, pero la mayoría tienen un trasfondo muy dramático, tapado por el humor. 'La extraña pareja', por ejemplo, en el fondo es un drama que muestra la soledat, a pesar de que esté hecho y dicho con gracia.
Ha afirmado que se plantea la obra con voluntad juguetona. Qué quiere decir con esto?
En Francia traer a escena una obra dicen 'jouer', y los anglosajones, 'tono play'. Aquí somos los únicos que no jugamos! 'El avaro' es una comedia muy guapa que disfrutaré, pero que también me hace sufrir por la responsabilidad y las expectativas que han puesto en mí. De esta presión escapo jugando, porque para mí salir a escena es un juego precioso, magnífico, es una suerte que tenemos las personas. Este texto te permite toda la gama posible de interpretaciones; el personaje es despreciable y avaricioso, pero también tiene un punto de dulzura, de enamoradís... Puedo jugar con él, y también con las palabras. Bien, todo el que me dejan jugar, claro!
Qué margen de libertad le ha dado Josep Maria Maestras?
Mis relaciones con los directores a menudo no han sido demasiado buenas, porque me gusta improvisar, jugar, y esto los molesta. Pero con en Maestros la cosa ha ido muy bien. Y esto que al principio pensaba de mí 'ay este!'. Pero nos hemos entendido muy bien. En una comedia la relación con el público es tan directa que el director prácticamente no tiene nada a hacer, pero en este caso hablamos de un personaje tan complejo que necesitas un director detrás. Sin él yo no habría llegado al nivel que he podido llegar. El teatro es siempre una obra de conjunto, aunque acabes saliendo solo al escenario. Cuando hay una relación buena entre todo el equipo, el montaje te gustará más o menos, pero siempre queda redondo.
Cómo ha sido el proceso creativo de 'El avaro'?
Este golpe ha sido un trabajo durísimo. Hemos ensayado entre 6 y 8 horas diarias durante meses. Ya me gusta hacerlo, pero es esgotador, me canso mucho. Ya dije que no lo volvería a hacer.
Por lo tanto no estamos ante una obra más.
Es un punto, un tipo de cierre de círculo. Empecé mi carrera en el mundo dramático interpretando obras de grandes autores como Bertolt Brecht, Christopher Hampton o Salvador Espriu. Después entré en una historia muy divertida, la de hacer comedia. Y el problema, entre comillas, que he tenido es que la gente me ha estimado mucho por eso, y yo me veo incapaz de no darle el que vol. Ahora el que los ofrezco es una comedia extraordinaria con una manera de hacer mucho "Pera", con la cual no reirán tanto como siempre ríen, pero que sí que los prometo que se lo hará pasar muy bien.
La considera el punto culminante de su carrera?
Uf, a mí me hace un poco de miedo hablar de estos conceptos, de culminación, de llegar al final... Ahora hacemos esta obra y ya veremos qué nuevo camino nos abre!