Excelente la sorpresa que Caja Laietana nos ofrece para seguir la programación del nuevo espacio de la Pça Sta Anna. La muestra de Niebla que presenta hasta final de temporada es un buen ejemplo del camino a seguir en próximas programaciones. Niebla es un autor de aquellos que hay que considerar coma sólidos. Sus trabajos gustarán más o menos, tendrán mejor o peor respondida, pero siempre mantendrán un vínculo en el nexo explicativo y un nivel de calidad en el técnico que los harán agradecidos a cualquier espectador exigente.
No es menos en esta exposición que a manera de antológica y sin serlo, reúne una cuidadosa compilación del trabajo del autor en los diez últimos años, con parada y fonda a sus series sobre la tierra, el bosque quemado, el mar y Petra. Cuatro capítulos , ligados y redondeados por trabajos intermitjos que dan consistencia y serenidad a un relato apasionado en la expresión pictórica , y a la vez en el sentimiento interior de un creador sin medias tintas, que cree en las emociones interiores como eje motriz generador del que será su pintura. Pasearse por la exposición, se hacerlo en buen sentido , por el interior del creador. Por un lado es adentrarse en el amor por el oficio. El trabajo de Niebla es en sí mismo un despliegue técnico. Sin miedos, en la capacidad de mezclar materiales y conceptos, el autor escribe sus sensaciones con la ayuda de unos materiales que siempre dan el contrapunto exacto y la intensidad cuidadosa a cada afán.
Por el otro es hacerlo por sus emociones. Hace falta deturar-sea paso. Sentir intensidades en la entrada la mina, esgarrifar-se en el bosque quemado, capdisminuir-se en la inmensidad de la mar, y serenarse en las visiones de Petra, resumen y compendi, individualidad y globalidad. La obra de Niebla es algo más que una pintura al uso, es la mirada serena de un artista que sabe que tiene en los suyas armas las mejores herramientas para comunicar al mundo. Y simple y sencillamente así lo hace. Por eso esta exposición es altamente recomenable.Felicidades.
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