Tatsiana Panamarenka es el nombre de una chica bielorussa de 34 años que llegó a Cataluña a principios del 2011. Nació y crecer en Bielorrusia, donde estudió la licenciatura en psicología y cursó un grado en marketing. Allátenía una vida bastante establo trabajando en una escuela de negocios pero el amor hizo que acabara en Mataró. Vino de vacaciones a la capital del Maresme en casa de una amiga suya y allá conoció al que ahora es su marido, un premianenc con el cual ya tiene una hija de tres años. "Estuvimos un tiempo yendo y viniendo hasta que decidimos que me instalaría yo aquí" explica y apunta que "en el principio residíamos a Premió pero me gustaba mucho Mataró y desde el 2013 estamos viviendo aquí".
Los primeros años Tatsiana se dedicó a estudiar el idioma, cursó un posgrado y colaboró a distancia con una agencia de marketing digital de Holanda. Ahora trabaja a una startup de alquileres vacacionales en Barcelona.
Te adaptaste bien?
Siempre haces todo el posible porque la adaptación sea más fácil, pero costa. Tanto por el idioma como por las costumbres y tradiciones y la familia, que está lejos. Además, por su trabajo, mi xicot solo ser fuera de casa y yo al principio tenía que pasar tiempo sola. Recuerdo que antes iba entre 3 y 4 veces al año en Bielorrusia, puesto que todavía no tenía tantos compromisos ni obligaciones aquí.
Y con el idioma?
Hablaba un poco castellano pero nada de catalán. Al llegar empecé a estudiar primer castellano y medio año después me inicié con el catalán, sobre todo para encontrar trabajo. Si vivos en otro país, tienes que hablar el idioma y conocer su cultura. No es que el resto de la gente tenga que aprender inglés para comunicarse contigo, sino que tienes que hacer tú el esfuerzo.
Qué te sorprendió al llegar?
La gente aquí es muy abierta, todo el mundo siempre quiere ayudarte y no te trata como uno de fuera. Esto es un aspecto que me puso las cosas más fáciles. También me sorprendió en la siesta y el hecho que los negocios se cierren de 14 a 17h y también los domingos. En Bielorrusia las tiendas abren todo el día y durando todo el año.
Qué diferencias encontraste respecto a tu país?
Aquí la gente mayor tiene una vida social muy intensa, están en la calle, toman café... Allá, cuando se retiran del trabajo, se quedan en casa y no hay la costumbre de salir tanto. El mismo pasa con la gente con discapacitado. Aquí he visto que tienen muchas oportunidades de hacer una vida normal, a Bielorrússia lamentablemente no hay esta integración. Una diferencia más cultural es que cuidáis mucho las tradiciones, como los castellers o los gigantes. En Bielorrusia también tenemos buenas tradiciones que vienen de los tiempos de antes de URSS pero después la nación perdió mucho.
Qué te gusta de Mataró?
Como ciudad para vivir en familia es ideal. Yo voy a trabajar en Barcelona, porque es cierto que allá hay más oportunidades de trabajo, pero aquí vivimos aprop de la playa, tenemos todos los servicios necesarios al lado, la escuela para mi hija, oferta de tiendas y restaurantes... Hay de todo.
Qué echas de menos de Bielorrusia?
En Bielorrusia dejé toda la familia, mis padres, mi hermano y los amigos de toda la vida. Es mi país y el lugar donde nací, pero al final es la gente el que más añoro. También la comida típica de allá. Nosotros comemos muchos cereales y mucha patata, de hecho nos dicen el país de patata.
Cuáles son tus planes de futuro?
Me veo en Mataró con mi marido y nuestra hija. Una vez al año voy ninguno allá, pero con el paso del tiempo me he planteado menos volver. Ahora me siento muy bien aquí, tengo mi casa y es donde mi hija ha nacido y seestá haciendo grande. Además, la situación política en Bielorrusia es complicada y aquí creo que ella tendrá más oportunidades.
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