Volver a ver castillos a la Plaza de Santa Anna. Que volvieran a sonar las gralles, que se volvieran a ensartar los más pequeños por encima de los más cepats, que el público local se reencontrara con 'sus' Capgrossos. Esta fue la mejor sensación, sábado por la tarde, de la Diada Mariona Galindo Lora. Un 'páselo bueno y hasta el año que viene' más allá del tópico: los castellers ya esperan el 2022 con el ánimo que sea una temporada normal y no corta, de dos meses, cómo esta.
Los castillos de la gamma alta de 7 volvieron a ser los protagonistas, a Santa Anna. Los Capgrossos hicieron el 4 de 7 con la aguja, la torre de 7 a la segunda (después de un intento desmontado) y el 7 de 7. Literalmente eran, respectivamente, un castillo que gusta mucho el público, el mejor de este año y el que sube más gente y debuts tal y cómo los presentó la capataz de los azules Rosal Herreros, en su último día al frente de la entidad. Diferentes pilares para hacer subir todos los niños fueron el punto y final.

El 4 de 7 con la aguja. Foto: Saborido
La Diada Mariona Galindo Lora no tuvo los grandes castillos de 8 y de 9 otras ediciones, pero en un año cómo este no podía ser. En todo caso, la cita sirvió para movilizar la pandilla (con muchos castellers,la vez que ha habido piñas más abastecidas de este año, de largo) y sobre todo para recordar la Mariona, a quien se le dedicaron los pilares iniciales.

El 7 de 7. Foto: Saborido
A Santa Anna también estuvieron los Castellers del Alto Maresme y los de Lleida, pandillas habituales de la cita. Los Maduixots, tocados por una caída a ensayo, solo pudieron hacer pilares pero los camisas rojas y los bordeus de Lleida se sumaron a la Fiesta, de ánimo amistoso y feliz, prolegomen de un 2022 que todo el mundo al mundo casteller espera que sea en 1 después de la pandemia.
 
    
Comentarios