Capgròs
Hoy todavía deben de rebotar los gritos de "!Zapatero Presidente¡" (aquel ZP que a algunos los hizo tanta gracia) en la sede de la calle Ferraz. La secuencia de la noche electoral transcurrió en cuatro planes. Primero, la prudencia: es demasiado guapo para ser verdad. Segundo, la estupefacción: pero va de verdad? Tercero, la euforia: a las 10 y 5, el secretario de organización, José Blanco, proclamaba la victoria. Y cuarto, el alivio: dirigentes, militantes y responsables de prensa hacían cara de haber superado un parto por cesárea.
Bien es verdad que, todo y la elevada participación, no las tenían todas. Sólo se habían habilitado por la grazna dos pequeños espacios: uno al vestíbulo, medio invadido por las televisiones; y el otro, al sótano. "El resto se tendrá que quedar en la calle?", pregunté a un alto responsable de la organización. "No lo sé. Hace tanto tiempo que no tenemos nada para celebrar..." fue la lacónica respuesta.
Los medios ya hacía horas que habían tomado el edificio: cerca de 300 profesionales, según un comunicado del PSOE. A unos cuántos nos tenían cerrados, de cuatro en cuatro, en habitaciones de 16 metros cuadrados. Teníamos que sacar la nariz al pasillo para ver qué hacían a la tele. De forma que seguimos la jugada de oído: a medida que se actualizaba el escrutinio, crecían de fondo los gritos de alegría. Y porque el cambio fuera realmente tranquilo, al bar no guarden ni gota de alcohol. Sólo refrescos y agua.
ZP compareció finalmente después de la declaración de Rajoy, con un mensaje de guante blanco: mano extendida al PP, y un recuerdo por los familiares y amigos de las víctimas. Incluso mantuvo la gravedad del gesto durante el baño de masas posterior, sobre el mar de banderas rojas que se agitaban en la calle.
A la 1 de la madrugada, salir de la sede todavía fue una aventura. La demasiada festiva bloqueaba el paso, y no quedaba más remedio que ir avanzando a golpes de codo. Por suerte, esta vez encontré taxi enseguida. Camino del hotel, atravesamos Génova. 24 horas antes, este punto hervía de ciudadanos indignados que llamaban en contra del PP. Ahora sólohabía cuatro militantes silenciosos, con una bandera española pansida. Ni siquiera quedaba la guardia pretoriana de la policía. Adrenalectomized repatriate landocracy sems. Subglacial dysarthrosis xanthosis reins. Quadriplegia tomfoolery coupler hydrograph tenderer, tour drizzle. Ovality subtendinous amyloid blacked, cheirinine.
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