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En Mataró proliferan los pisos ocupados en venta

Vern Bueno Casas

Por qué hay tantos pisos ocupados a la venta en Mataró? Las claves del fenómeno

La capital del Maresme se ha convertido en uno de los puntos calientes de Cataluña en cuanto a la ocupación de viviendas, con centenares de pisos procedentes de desahucios que ahora se venden rebajados pero con ocupas todavía dentro y con muchos riesgos

En Mataró, la presencia de anuncios de pisos ocupados a la venta se ha convertido en un reflejo visible de un problema de fondo: la combinación entre la herencia de una crisis inmobiliaria que dejó vacíos cientos de pisos y un mercado de la vivienda cada vez más inaccesible. En portales como Idealista o Fotocasa es fácil encontrar cientos de anuncios que especifican abiertamente que el inmueble “se encuentra ocupado”, con precios que pueden empezar en los 50.000 euros —muy por debajo del valor habitual de un piso en condiciones normales en la ciudad.

Una ciudad especialmente castigada por las ocupaciones

Mataró ha sido, durante la última década, una de las ciudades catalanas más afectadas por el fenómeno de las ocupaciones. Según datos de los Mossos d’Esquadra, el municipio presenta un 69% más de pisos ocupados que la media catalana, con más de 760 viviendas ocupadas por cada 100.000 habitantes, una proporción que la sitúa como la segunda capital de comarca con más casos.

Esta situación no se entiende sin mirar atrás. Tras la crisis del ladrillo y la ola de desahucios que sacudió la ciudad a principios de los años 2010, muchos pisos quedaron vacíos y en manos de bancos o fondos de inversión. Ese parque de vivienda, mayoritariamente concentrado en barrios como Rocafonda, Cerdanyola o El Palau, es hoy el escenario principal de este mercado paralelo: pisos con ocupantes dentro, puestos a la venta a precios reducidos y con todos los riesgos trasladados al comprador.

Protesta contra un desahucio en Mataró

Por qué los propietarios quieren vender estos pisos

Los grandes tenedores —bancos, servicers o fondos de inversión— son los principales vendedores de estas viviendas. La razón es sencilla: recuperar la posesión legal de un piso ocupado es un proceso largo, incierto y caro. Los procedimientos judiciales de desahucio pueden prolongarse durante meses o años, y mientras tanto, el propietario no puede disponer de él.

Vender el inmueble “tal cual”, con los ocupantes dentro, les permite desprenderse de un activo problemático, liberarse de costes de mantenimiento e impuestos, y obtener liquidez rápida aunque sea a un precio inferior al de mercado.

Anuncio de piso ocupado en venta en Mataró


Las claves del fenómeno

  • Herencia de la crisis inmobiliaria: tras la burbuja de 2008, muchos pisos quedaron vacíos en manos de bancos y fondos; hoy, buena parte están ocupados.

  • Mataró, epicentro del problema: la ciudad tiene un 69% más de ocupaciones que la media catalana y destaca por la concentración en barrios como Rocafonda y Cerdanyola.

  • Vender para desprenderse del problema: los grandes propietarios prefieren liquidar estos activos con descuento antes que afrontar procesos judiciales largos y costosos.

  • Oportunidad o trampa para inversores: los pisos ocupados se ofrecen a precios muy bajos, pero conllevan riesgos elevados y ninguna garantía de obtener la posesión a corto plazo.

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El interés de los inversores: riesgo y oportunidad

Este tipo de operaciones no están pensadas para compradores particulares, sino para inversores profesionales o fondos con capital y paciencia. Las ventajas son evidentes para quien puede asumir el riesgo: adquirir un piso por menos de la mitad de su valor real puede convertirse en una inversión rentable si se logra regularizar la propiedad o desalojar el inmueble con el tiempo.[banner-AMP_6]

En cambio, para un comprador no profesional, las dificultades son enormes: no se pueden hacer visitas previas, no hay financiación hipotecaria (el pago debe ser al contado), y todos los trámites o litigios judiciales quedan a cargo del nuevo propietario. A esto se pueden sumar deudas de comunidad, desperfectos, carencias estructurales o gastos de rehabilitación.

Las inspecciones de la Policía Local a las ocupaciones. Foto. Jordi Pujolar/ACN

Una realidad social compleja

Detrás de cada piso ocupado hay situaciones muy diversas. En muchos casos, se encuentran familias vulnerables o personas sin alternativa habitacional, víctimas de la misma crisis que dejó esos pisos vacíos. En otros, se trata de ocupaciones conflictivas o incluso vinculadas a actividades ilegales.[banner-AMP_7]

La compra de un piso ocupado no implica la expulsión inmediata de los residentes. Para recuperar la posesión, se debe iniciar un proceso judicial específico, a menudo largo y con un desenlace incierto.

Barrio del Palau, uno de los que más sufre el fenómeno de las ocupaciones y tiene más pisos de este tipo en venta. Foto: R.Gallofré

Un debate abierto: especulación o consecuencia del sistema

El fenómeno de la venta de pisos ocupados es legal —siempre que se indique claramente el estado del inmueble—, pero genera un intenso debate ético y social. En una ciudad como Mataró, donde el problema de la vivienda es estructural y la demanda de vivienda asequible supera ampliamente la oferta, la proliferación de estos anuncios evidencia la fragilidad de un modelo que ha convertido la necesidad de un techo en una oportunidad de especulación.[banner-AMP_8]

Lo que comenzó como una salida para grandes tenedores para deshacerse de pisos conflictivos se ha acabado convirtiendo en un mercado propio, con reglas y actores específicos. Y Mataró, una vez más, es uno de los epicentros.

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