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Qué hagamos con PUMSA?

La empresa pública, al ojo del huracán por la enorme deuda acumulada y por su papel en proyectos urbanísticos polémicos, se plantea su futuro

"Ha llegado la hora de decidir cuál es el futuro de PUMSA". El alcalde, David Boto, se pronunciaba de este modo el mismo día que tenía que dar explicaciones por el enésimo capítulo oscuro protagonizado por la empresa municipal de promociones urbanísticas. Le tocaba hablar de nuevo del desgavell del edificio de la Ringlera que, con un sobrecost difícil de justificar que fue investigado por antifrau y con todo tipo de errores en el proceso de construcción, se ha convertido en un símbolo de los males del organismo. La empresa tiene que redefinir ahora su futuro.

A través de un decreto de alcaldía, se ha creado un grupo de trabajo integrado por diferentes representantes municipales con la misión ya prevista en el plan de mandato del gobierno sociovergent: "Reformular la empresa pública municipal PUMSA para que se dedique a la gestión de la rehabilitación urbana y las políticas de vivienda, y dando lugar a un nuevo instrumento al servicio de la ciudadanía". Creada en 1989 por el Ayuntamiento como instrumento de gestión de sus inversiones en grandes iniciativas urbanísticas de transformación de la ciudad, vivió su pico de actividad en los años previos a la crisis económica, liderando proyectos como la Vía Europa y el Nuevo Parque Central, la Ringlera o Camino de la Sierra. Pero por el camino se enganchó los dedos. El derrumbe del sector del totxo la afectó gravemente, y hoy PUMSA acumula una deuda de 44,1 millones de euros, causa de enormes dolores de cabeza para un consistorio que trae más de cinco años sin prácticamente capacitado de inversión.

La gestión del parque público de viviendas será una de las misiones principales de PUMSA

"La ciudad ha ido cambiante y PUMSA, como instrumento al servicio de la misma, también se tiene que adaptar en los momentos que vivimos", resuelve el alcalde, en declaraciones a Renacuajo. Los años de ambiciosos proyectos urbanísticos a caballo de las grandes promotoras inmobiliarias han quedado atrás; hoy grande parte de Mataró ya está urbanizada y los pisos, todo y un repunte importante en los últimos meses, ni mucho menos se venden como churros como antes. PUMSA, evidentemente, se encuentra muy lejos de disponer de los recursos presupuestarios por lo pronto. El año 2014 se completó la reforma del organismo, que estuvo a punto del ERE y del concurso de acreedores. Después de salvarlo redistribuyendo parte de la plantilla a otros departamentos del Ayuntamiento, Pumsa se ha quedado con un total de 41 trabajadores. Además, absorbió bajo su paraguas Prohabitatge, que gestiona el parque de viviendas públicas de la ciudad, y Gintra, que hace el mismo con los aparcamientos. Precisamente la gestión del patrimonio existente es hoy el papel que le toca jugar a la empresa, mucho más que la promoción de nuevos inmuebles y proyectos urbanísticos.

"PUMSA ya se adelgazó el que se tenía que adelgazar, entonces o lo hacíamos o nos la cerraban. Hoy ya no pensamos en ninguna reestructuración de plantilla, pero si podemos redefinir las tareas que hacen", explica la presidenta de empresa municipal, Núria Calpe (CiU). La reorganización irá por otro camino, pero el gobierno todavía se muestra prudente a la hora de indicar qué. Apuntan, en todo caso, que una de las prioridades será la gestión del parque de viviendas público, una función que ha adquirido mucha más importancia en los últimos años a raíz de los problemas de accesibilidad a la vivienda -oleada de desahucios incluida- que ha vivido la ciudad fruto de la crisis económica.

El gobierno municipal descarta de momento la desaparición de la empresa municipal

El que parece del todo descartado es eliminar la figura de la empresa municipal, y que las tareas de Pumsa sean absorbidas por el Ayuntamiento. "Creemos que para el futuro de la ciudad sigue siendo necesaria, puesto que la mejor manera de ejecutar determinadas acciones es a través de una empresa pública", afirma el alcalde. Una opinión que comparte su presidenta. "PUMSA sigue siendo un instrumento válido" constata. Ambos niegan que descarten su supresión por el simple hecho quehaya una estructura de personal a mantener. " Al contrario, La plantilla trabaja mucho y con un gran conocimiento en su ámbito, y nos tienen que poder ayudar a enfocar la empresa hacia las necesidades que tiene la ciudad " asegura Calpe. "Tenemos que aprovechar todo su 'know-how' como oportunidad de futuro", remacha Boto.

Pero, por qué tiene que ser útil para el futuro una empresa que en el pasado ha cometido tantos errores como para acontecer casi insostenible, y que ha arrastrado el Ayuntamiento hacia una situación económica tan delicada ? Los responsables políticos municipales consideran que PUMSA en sí no es el problema; este radica en "las decisiones que tomaron aquellos que dirigían la empresa", como dice la regidora de Urbanismo. "Un cúmulo de decisiones incorrectas, imprudentes o poco meditadas en un momento de abundancia que han hecho que ahora estemos sufriendo una deuda que quizás se habría podido moderar", añade. Tanto ella como Calpe matizan que el contexto del momento muchas de estas decisiones "se percibían como correctas", y que el suyo análisis, como dice el alcalde, "nos tiene que servir porque estos errores no se vuelvan a repetir".

El organigrama de PUMSA

PUMSA no es un organismo autónomo que va por libre, sino una empresa municipal presidida por la regidora de Urbanismo, con un gerente nombrado directamente por el gobierno como cargo de confianza, y con un consejo de administración integrado por representantes de todos los partidos políticos. Por lo tanto, todo el que se pueda imputar de bono y de malo a las acciones de la empresa municipal también se puede hacer, como mínimo teóricamente, al Ayuntamiento. "El Ayuntamiento plantea y PUMSA ejecuta, es un instrumento al servicio del consistorio", recuerda el alcalde. La regidora de Urbanismo, Núria Calpe (CiU) es la actual presidenta de PUMSA. Su gerente, que a la vez ejerce de coordinador del área de Servicios Territoriales, es el arquitecto Jordi Vallhonrat, que cobra el sueldo más alto del Ayuntamiento, 85.000 euros sucios anuales.

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