Este verano se han cumplido quince años de la muerte de Jaume Vilaseca y Bertranpetit, mataroní de adopción, empresario del textil y promotor del Museo del Género de Punto. En momentos como los que nos están tocando vivir, con una crisis económica devastadora, creo que vale la pena recordar la figura de personas como en Jaume Vilaseca, un ejemplo a seguir por muchos empresarios de Mataró.
En Mataró empezamos a sufrir la crisis hace ya algunos años, con el cierre de numerosas fábricas del textil, la industria que durante décadas fue el motor productivo de nuestra ciudad. Sólo unas cuántas empresas del ramo sobrevivieron, y una de ellas, Vilaseca S.A., hoy continúa funcionando a pleno rendimiento. No es mi intención convertir este modesto escrito en un reclamo comercial, pero sí pienso que esta empresa es un ejemplo de buena gestión. Años atrás, todos lo sabemos, apostar por la economía productiva, la de toda la vida, no estaba de moda. Parecía que se podían hacer dinero sin esforzarse, sin producir, y que esto nunca se acabaría. Hoy, esto se ha acabado y el Estado, los bancos y muchas familias se encuentran con un endeudamiento insostenible, imposible de devolver. La crisis financiera internacional y el estallido de la burbuja inmobiliaria se han llevado por adelantado este modelo por el que, desgraciadamente, muchas personas apostaron.
Volviendo a Vilaseca, el éxito de su empresa ha sido apostar siempre por la economía productiva, esta que durante años no estaba de moda y que ahora vuelve a estar en boca de mucha gente. En el caso de Vilaseca, el objetivo parecía muy sencillo: fabricar ropa interior y otros productos textiles de alta calidad y ponerlos al mercado. La diferencia con otros empresarios ha sido, según mi opinión, la capacidad, primero de Jaume Vilaseca y después de su hijo Esteve, de estar atentos al mercado y, sobre todo, a las mejoras tecnológicas: inversión en desarrollo, quedicen. Y es que nohabía feria europea de maquinaria que no visitara en Jaume Vilaseca, siempre atento a las últimas novedades. Reinvertir en la propia empresa, vaya.
El legado de Vilaseca es muy importante, y una de sus pasiones, el Museo del Género de Punto, representará por nuestra ciudad un reclamo que no nos podríamos permitir dejar escapar. Haría falta, pero, un artículo entero para hablar de este tema. Ahora bien, si tenemos que agradecer a alguna persona que Mataró tenga un Museo del Género de Punto, esta persona no es otra que en Jaume Vilaseca.
Permitidme un apunte personal. Mi padre, fiel trabajador de Vilaseca durante muchos años, acuerda de tanto en tanto a en Jaume, y tengo que decir que nunca le he sentido una mala palabra sobre él. Ben al contrario, todo han sido elogios. Y es que, el talante de una persona también hace el talante de su empresa. Y en Jaume Vilaseca, hoy, pienso que merece ser recordado, por su legado y por todo el que su figura como empresario puede enseñar en momentos como el actual.
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