En Jordi Casanovas tiene 81 años y apenas acaba de salir del Instituto Damià Campeny, después de depositar su voto a la urna. Era el punto de votación que le ha tocado en el proceso participativo sobre el futuro de Cataluña, el 9-N. Lo hace acompañado de su esposa, hijos, nietos y bisnietos. Toda una pandilla. "Cuándo he puesto el sobre, he dicho: 'voto por los mío pare y mi madre'", explica, convencido que los habría encantado vivir un momento como el de hoy. "Y también por toda mi familia. Piense que están en Mataró desde el siglo XVII, así que por el 1714 ya corríamos por aquí". La suya es una alcurnia de pescadores y marineros. "Mi abuelo fue a Cuba, pero no con cañones, sino a comerciar", rememora.
Es difícil tener raíces mataronines y catalanas más profundas y tricentenàries que las del señor Casanovas. Pero el perfil de las personas que este domingo se están movilizando masivamente a la ciudad y en el país no respondeexclusivamente a estos parámetros. "Aquí hay gente de todos colores", exclaman a la cola del Instituto Alexandre Satorras, que se alarga por toda la avenida del Velódromo. Hasta las 13.00h, han sido 14.834 los mataronins quién han votado, según datos de la Generalitat (en el Maresme en conjunto son 74.949). Gente joven y gente mayor (mucha gente mayor acercándose a votar, a menudo haciendo caso omiso a sus problemas de movilidad), catalanoparlantes y castellanoparlantes, también recién llegados de origen magribí, subsahariano o latinoamericano conforman un mosaico muy diverso a las colas de los cinco institutos de la Generalitat habilitados para votar. La de Damià Campeny da la vuelta entera al Instituto, y ha llegado a superar la hora y media.
"Esto es muy emocionante", explica Antoni, acompañado de su familia. Son las 12 del mediodía y siguen en la plaza de los Bueyes, a pesar de que han votado a primera hora a Damià Campeny. Tienen al hijo haciendo de voluntario y disfrutan del ambiente. "La organización es ejemplar, y el voluntariado magnífico, a pesar de que en Madrid no parece que entiendan de qué va esto", explica. Los voluntarios se afanan al mantenerlo todo bajo control, e inspeccionan la cola para invitar a la gente más grande a saltársela y no tener que esperar de pie."Pero hay más de un abuelo que nos dice que no, que él la cola la hace igualmente!", explica uno de los más de 300 mataronins que se han movilizado hoy a través del Pacto Nacional por el Derecho a Decidir.
Confusiones con las suyos
Finalmente, los voluntarios son clave porque la jornada funcione. Quienes hoy trabajan al Instituto Thos y Codina se muestran satisfechos: "Nos hemos coordinado muy bien, todo se ha montado sin problemas y no hemos recibido ningún tipo de presión". Las principales incidencias son las de las personas que se han equivocado de lugar de votación. "Algunos han hecho una hora de cola aquí cuando resulta que los tocaba votar al Satorras", apunta el coordinador de Damià Campeny, Julio Martínez, que lamenta que "no se haya podido hacer la consulta con el padrón o con el censo". Escenas similares se viven al instituto Laia el Arquera. "Han venido personas empadronadas al barrio pero que a su DNItienen direcciones de Sant Feliu de Codines o de Bigues i Riells. O marchan allá u hoy no podrán votar", explica en David Serra, coordinador del local de votación.
En los barrios
A institutos como el Plan de en Boet no hay tantas colas pero el tránsito es constante. "En 10 minutos lo hemos tenido hecho", explica Lluïsa, acompañada de su marido y de su madre, de 91 años. "Hemos venido a ejercer nuestro derecho, porque los catalanes no somos de obedecer, sino de pactar", asegura. Al Thos y Codina tampoco paran de llegar personas. "Estoy sorprendido porque en otros comicios no había visto esta participación tan grande, la gente ha tomado conciencia y se está moviendo", explica en Carles. "Vivo el día con mucha expectación, salga el que salga quiero saber qué piensa y quieren los catalanes", dice la Maria. "Es una oportunidad para defender nuestros derechos, tanto los que dicen que no como los que dicen que sí", apunta Carme, quienes cree que "todo el mundo que esté en contra de la independencia también tendría que venir a votar y dar sus motivos".
"He votado porque estoy más que harta que nos manipulen de este modo" explica la Asunción al salir de Laia la Arquera. Después de la doble suspensión por parte del Tribunal Constitucional, la Consulta no refrendària se ha convertido (o diluido, según algunos) en un proceso participativo. Pero a la Asunción, como otros muchos mataronins que se han movilizado hoy, esto parece que la ha espoleado y todo. "Quizás no es la consulta que habríamos querido, pero el sentimiento es el mismo".

-
Las frases
"La organización es ejemplar, y el voluntariado magnífico, a pesar de que en Madrid no parece que entiendan de qué va esto"
"Todo el mundo que esté en contra de la independencia también tendría que venir a vota"
"Estoy sorprendido porque en otros comicios no había visto esta participación tan grande
"Los voluntarios nos hemos coordinado muy bien, todo se ha montado sin problemas y no hemos recibido ningún tipo de presión".
"Es una lástima que no se haya podido hacer la consulta con el padrón o con el censo"
Cola al avenida Velódromo para votar al Satorras
Comentarios