El 7 de 8 es un castillo que nunca podrá quitarse la etiqueta de rara avis que lleva encima. Si la mayoría de estructuras castelleras que las collas hacen tienen raíces históricas, la del 7 es moderna, de hace pocos lustros, y por eso, aunque cada vez sea más frecuente, el 7 sigue siendo considerado el chico pecoso y extraño de la clase, el pájaro raro que -en definitiva- significa la expresión latina rara avis. Es un castillo que, de 8, ronda en dificultad el grado de la torre y el 5 de 8, pero tomando como ejemplo a los Capgrossos uno debe mirar el repertorio histórico y retroceder hasta hace 8 años, en 2017, para encontrar el último 7 de 8. Ahora ya es el penúltimo porque los mataronenses lo descargaron el sábado en la diada de la Fiesta Mayor de Reus.
El 7 de 8, ya lo dice su nombre, es casi más ancho que alto. Una especie de andamio humano que da mucho juego. Con tanta gente por piso, dispone de muchos castellers en todas partes porque su piña también es compleja y exigente. La colla se lo ha planteado como castillo de primer tramo, como desplegable, y la de Reus -plaza muy querida donde se vuelve en octubre por el Mercadal, donde aún consta la mejor diada histórica de la colla- fue la ocasión elegida. El 7 de 8 se planteó en segunda ronda y, aunque no salió fluido, supo ejecutarse con cierto dominio. Abultado en alguna medida, demasiado inclinado hacia dentro por arriba y quizá aturdido de ritmo, lo cierto es que no peligró. Hecho y resuelto, es apenas el sexto en 13 años.
La diada reusense fue rápida. Los Capgrossos la estrenaron con una torre de 8 demasiado a la defensiva. No fue un buen dos. Y la cerraron con el 4 de 8, que sigue con un paso de mejora algo pesado, como estructura. Los Xiquets de Reus la hicieron grande con el 5 de 8 como mejor castillo y los Castellers de la Vila de Gràcia firmaron la clásica de 8.
El castillo de 9, para Vilassar
Los Capgrossos son una colla de tradiciones y su calendario habitual es una buena muestra de ello. Por eso todo el mundo cuenta con pasarlo muy bien en la verbena del lunes, pero ni puentes ni resacas son excusas válidas a la hora de ir a Vilassar de Mar al día siguiente por la tarde, en la que se puede considerar -junto con Premià de Mar- como la ‘segunda plaza’ no oficial de la colla. En Vilassar de Mar, este martes, debería ir el castillo de 9 que en Reus no se intentó por falta de camisas propias. También puede volver el 5 de 8. El resto, incógnitas, porque la técnica este año es especialmente silenciosa en intenciones.
Sea como sea, San Juan es San Juan y Vilassar de Mar es Vilassar de Mar. Cazado el pájaro extraño del 7 de 8 tras 8 años, toca seguir cultivando, recogiendo y volver a plantar para volver a recoger. Queda menos de un mes para Les Santes.
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