El nombre de Apatow se ha convertido en un sinónimo de una nueva escuela de la comedia americana, que por un lado es heredera de una larga tradición que se remonta a las screwballs de los gloriosos años de Hollywood. Por la otra, en cierto modo las producciones y productos Apatow recogen también un poco el espíritu de aquel cine independiente que vivió un momento de esplendor a la década de los noventa, y que se preocupaba por las inquietudes de los jóvenes urbanos ante el amor, la vida y su propia existencia. Si el cine independiente se miraba estos problemas con bastante gravedad, Apatow y los director de su círculo lo convierten en materia de situaciones cómicas e hilarants, como las que viven también los protagonistas del film más reciente que nos llega bajo esta marca, 'Eternamente comprometidos'.
Recurriendo a la temática nupcial que parece atraer un determinado público en las salas, el film cambia la historia para hablar, no de la organización del casamiento, sino de la vida en pareja, el compromiso y las expectativas que tiene cada uno en su vida personal y profesional. Dirigida por Nicholas Stoller y protagonizada por Jason Segel, este tándem de creadores ya colaboraron a la más reciente y divertidísima aventura de los Muppets, donde ya hicieron gala de un humor en ocasiones muy blanco, otros surrealista y absurdo, pero siempre capaz de hacer pasar un buen rato a pesar de algún alto y bajo. Emily Blunt se suma al reparto, haciendo puntos para convertirse en una musa de esta nueva fornada de comedias americanas que, a diferencia otros géneros, si parece haber adaptado su lenguaje al nuevo público del siglo XXI.
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