Decía en Marcel Proust, que "el único verdadero viaje de descubrimiento consiste no al buscar nuevos paisajes, sino al mirar el mismo con nuevos ojos". Somos testigos privilegiados de un tiempo de cambio profundo, de una época de características, me atrevo a decir, inéditas en relación a la historia anterior.
La vida es cambio, el Universo lo es, y los cambios a todos niveles han sido permanentes en nuestra trayectoria como seres humanos. Pero sólo ahora, y aquí viene el elemento diferencial, tenemos conciencia no sólo de los cambios, sino sobre todo de la velocidad con que se están produciendo.
Esta conciencia nos permite hacernos preguntas. Y nos las tenemos que contestar. Individualmente. Tiempo atrás, las preguntas habrían esperado, porque los cambios eran lentos. De hecho, nuestros bisabuelos, vivían probablemente toda su vida sin ver nunca desafiado su sistema de creencias sobre el que era el mundo y la existencia. El hecho de que ahora seamos conscientes (no todo el mundo al mismo nivel, está claro) de esto, hace que nuestra vida esté sumida en la incertidumbre y la complejidad; y también en el miedo, porque no decirlo. Pero por otro banda, paradójicamente, tenemos también la oportunidad, como nuncacabe otro época, de experimentarnos a nosotros mismos como seres humanos y de adquirir la capacidad de ser creadores del cambio que tiene que traernos a una nueva forma de sociedad, más justa, más libre, en la que los ciudadanos seamos tenidos en cuenta.
Políticos y medios se capfiquen al adjetivar esta "crisis" de financiera, económica y otros calificativos, cuando realmente es una crisis de "percepción". De percepción sobre el que es o no importante, sobre el que realmente somos y el papel que tenemos que jugar, individual y colectivamente, en nuestra evolución. Tendremos que "deconstruir" muchas cosas por el camino, porque no te cabe sentido "rescatar" o "salvar" el que no te solución. El sistema no aguanta. Y, el que es más importante, los ciudadanos no queremos más engaños, ni más manipulaciones. Queremos ser "tenidos en cuenta", y no con sólo que "nos cuenten" como harán una vez más con nuestros votos el 20N.
Miro con una inevitable admiración a los islandeses, que supieron priorizar la democracia por encima los "mercados".
Que no se piense nadie que basta con un cambio de gobierno o de siglas. Está claro que ninguno de los grandes partidos de nuestro país está dispuesto a salir sede la raya de un sistema que, si no cambia, se colapsará definitivamente.
Pero un nuevo mundo quiere nacer, cada vez sueño más las personas que miran el paisaje con nuevos ojos. Los de una nueva conciencia más humana nacida a partir de los límites de la crisis.
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