Riesgo de inundaciones en el Maresme: las previsiones que asustan

Cuántos golpes se ha dicho y repetido que el Maresme es una zola especialmente sensible a los estragos del cambio climático, que los riesgos son cada vez mayores? Con todo, el en lo referente a las consecuencias de la emergencia climática, el calentamiento global, el aumento de temperatura del agua de mar y la subida de su nivel es un fenómeno que se repite y se repite. Las noticias que de vez en cuando aparecen son corprenedores, incluso las previsiones menos pesimistas tienen consecuencias nefastas y el horizonte que se dibuja a menudo parece catastrófico. Todo esto, además, con la difícil mitigación de estos efectos. Se hace tarde y hay que ver cuál es el margen de maniobra.

Uno de estos episodios de recordatorio del alcance del problema se dio hace días con la difusión del mapa de afectación del calentamiento global de Climate Central. Este nombre corresponde a la organización de científicos y periodistas independientes que informan e investigan los impactos sobre el cambio climático, es un atlas completo del que será la subida del nivel del mar con un aumento de temperatura mediana de 1,5 y 3 grados. El porque de este doble baremo lo explican los responsables del estudio asegurando que el primer escenario es lo menos malo y por el que harían falta políticas globales de mitigación (cuando los compromisos más generales son sistemáticamente vulnerados) mientras que el segundo se daría, también en el decurso de las próximas décadas, si no se para la actual situación.

El de Climate Central es el último de la colección de estudios y mapas que preocupan, y mucho. Con razón. Los escenarios que proyectan desdibujan la actual situación de la comarca. Tres de los puntos más sensibles son al Alto Maresme, próximo al ámbito de la Tordera (donde ya lo Gloria enseñó las zarpas), al ámbito de Mataró y Maresme central o a la parte más baja, siendo Premió y El Masnou zonas que concentrarían las afectaciones más importantes.

No es solo ver la línea de la costa cómo queda. Debido al aumento del nivel del mar proyectado por los sistemas costeros y las zonas bajas experimentarán, cada vez más, impactos adversos como por ejemplo hundimientos, inundaciones y erosión costera. Las estimaciones de subida del nivel del mar a la Mediterránea de media son como mínimo entre 28 y 98 cm para el año 2100. En una comarca que no deja de ser una lengua estrechada de territorio en paralelo al mar, no son todas estas previsiones una realidad que se pueda ir aplazando.

Zonas e infraestructuras sensibles

Tomando de referencia estudios cómo los de Climate Central, en sus diferentes hipótesis, es evidente que el Maresme como territorio (independientemente de las respectivas administraciones competentes) tiene una serie de zonas e infraestructuras notablemente sensibles al cambio climático.

• La vía del tren: La primera línea de la Península sigue pasando borde la línea de mar durante tres cuartas partes de la comarca. Las voces que solicitan el transporte en el interior van en aumento.

• Els Ports y sus áreas de influencia: Siendo obviamente instalaciones ganadas al agua, los puertos deportivos de la comarca notarían los efectos. Igualmente sus áreas próximas presentarían afectaciones.

• El área del Alto Maresme: El área del Alto Maresme se presenta orográficamente cómo la más vulnerable, por altura y disposición, al aumento del nivel del mar con modificaciones de la línea de costa que se pueden ir hasta los centenares de metros tierra adentro.

• Nuevas zonas de edificación: Hay áreas en desarrollo urbanístico cómo pueden ser La Ringlera e Iveco-Pegaso a Mataró que quedarían afectadas. Algunas áreas están seleccionadas por la Generalitat en la suspensión de licencias por criterios de sostenibilidad.

La amenaza climatológica sobre el Maresme no se circunscribe tan solo al aumento del nivel del mar. El agua salada es una amenaza pero hay otra agua con la que a menudo hace pinza, la proveniente de episodios de alta concentración de precipitaciones. Los temporales, las borrascas, las grandes trombas de agua. El Gloria de inicios del 2019 a la Tordera o el que pasó hace un mes y medio a Alcanar, al Ebro, son dos episodios similares que revelan el riesgo real de inundaciones. En comarca de rierades, un episodio extraordinario puede desencadenar consecuencias catastróficas. Este es el elemento de estudio del ingeniero Oriol Balsa, en la tesis sobre la cuenca de la Riera de Argentona. El que se recoge concuerda con mapas de riesgo oficiales cómo el de Protección Civil. Y dibuja escenarios realmente peligrosos.

Recoge Balsa en la tesis que "el planeamiento actual de los municipios de la cuenca de la Riera de Argentona no tiene en cuenta el riesgo de las inundaciones. Esta carencia de prevención implica que, en el supuesto de que se produjeran unas de carácter catastrófico, el nivel de riesgo sería muy alto". A partir de aquí se podría llegar a daños cuantificados en hasta 268 millones de euros. "Es evidente que hay que tomar medidas para minimizar los riesgos y las pérdidas ocasionadas por las inundaciones, hay que ordenar el territorio con el objetivo de hacerlo más resilient y reducir su exposición y vulnerabilidad al riesgo de inundaciones", recoge el maresmenc

/ Los escenarios que prevé Oriol Balsa a su tesis sobre el riesgo de inundaciones son alarmantes. Hay zonas enteras que podrían ser susceptibles de ser inundadas que acogen infraestructuras claves o que, precisamente, se están desarrollando o se tiene que edificar en los próximos tiempos. No es que los ayuntamientos actuin a lo loco, ni mucho menos. Pero la adaptación de los planeamientos a los efectos del cambio climático es lenta y la posibilidad que se produzcan episodios meteorológicos extraordinarios está. "Hay ayuntamientos que no tienen planes especiales y los que sí que los tienen, cómo Mataró, todavía no han adaptado el ordenamiento vigente al nuevo escenario. Es importante que todas las administraciones tomen conciencia del escenario y actuar en consecuencia y no echando la pelota adelante", dice Balsa.

En el caso de Mataró, el alcalde y el regidor de Sostenibilidad se interesaron por la tesis de Balsa y se marcan como plazo para tener el planeamiento adaptado unos dos años como máximo. El ingeniero reflexiona que "que hay zonas inundables y que el cambio climático va además son evidencias, el que hace falta es tomar medidas y decidir qué ubicamos en estas zonas. La clave es apostar por la mitigación de los efectos y la adaptación. Tenemos que crear zonas resilients, que se puedan recuperar después de un episodio extraordinario de perturbación".