Con el año nuevo, se respira mejor. Mataró, como el resto de ciudades del Estado, ha dado la bienvenida al 2011 liberándose del humo de los cigarrillos a la gran mayoría de los establecimientos públicos cercados, e incluso a algunos espacios al aire libre como por ejemplo entornos hospitalarios o parques infantiles. La aplicación de la nueva ley contra el tabaco, vigente desde domingo día 2, es el gran tema de conversación a bares, restaurantes y estancos, los negocios más afectados por la nueva normativa. "El ambiente es mucho más respirable, antes teníamos un purificador de aire, pero no es el mismo", explica Jordi Esparrell, camarero del Classic Coffee de plaza de Santa Anna. Es uno de los muchos bares donde sepodía fumar y que ahora se ha entregado del humo. "Los clientes se lo han tomado bastante bien, incluso los que nos dijeron que no volverían porque no concebían el cortado sin un cigarrillo, también han venido", destaca Esparrell.
"Que no se fume en lugares cerrados es cultura", afirma Fèlix Miñón, cliente del Clásico Coffee, que agradece que "todo el bar huela a café y cruasanes acabados de hacer". A su lado, toma el cortado de la mañana otra clienta habitual, Carmen Martín, que precisamente es estanquera. "Para mí, la ley ya estaba bien como hasta ahora, con establecimientos para fumadores y otros en que estaba prohibido", afirma. Pero Martín, que es fumadora, asegura que no echará de menos el cigarrillo con el café. "Ya me buscaré el lugar para fumar, si incluso en casa salgo a la galería a hacerlo", dice. Al Classic Coffee notan que la clientela seestá "menos rato", según Esparrell. "Siguen viniendo, pero hacen el café más rápido", destaca el camarero. En cambio, ya notaron domingo que la terraza se llena más, a pesar del frío.
A la puerta del establecimiento, aguantando el frío, hay dos chicas haciendo un cigarrillo, la Yema Carnota y Elvira Filbà. "Encuentro la ley demasiada radical, no pasaría nada porquehubiera algún lugar para fumadores", afirma la primera. Filbà, por su parte, lamenta la "persecución" que según ella sufren los fumadores. "Fumar es legal, pagamos nuestros impuestos para hacerlo, pero parece que de aquí a poco nos mirarán mal sólo para encender un cigarrillo", constata. No son las únicas voces que critican la dureza de la ley. "Es demasiado restrictiva", apunta Elisabet Pescado, estanquera de la plaza de Cuba. Cree que sus efectos serán más perjudiciales para la hostelería que no para su sector. "Con la crisis económica seguramente no era el mejor momento para aplicarla", afirma. Pescado critica especialmente que se pueda denunciar de manera anónima los establecimientos donde se siga fumando a pesar de la prohibición. "Esto puede convertirse en una caza de brujas", afirma.
Los bares con horario nocturno añaden una preocupación más a la lista: las molestias que puedan ocasionar a los vecinos el alboroto de todos los clientes que salgan a la puerta a hacer el cigarrillo. "A altas horas de la noche esto será un problema, así que nos tendrán que financiar un portero que acalle la gente", afirma con ironía Víctor Dangla, responsable de pub De Mataró en Las Vegas, a la calle de Cuba. Dangla sólo ve efectos negativos en la aplicación de la ley. "Los clientes que vayan a los bares harán el café rápido y marcharán, no tendrán motivos para quedarse", lamenta. "Ya sólo faltaba que los sacáramos esto, esta vía de escapament. Ya de paso, que declaren el toque de queda y a las 8 del anochecer todos a casa".
Camareros satisfechos
En cambio, otros muchos empleados de la hostelería ven con muy buenos ojos que el humo desaparezca de su puesto de trabajo. "Soy fumador, pero como trabajador prefiero que no se fume a mi bar", explica Jérôme Salvador, del Café Bar Plaza, que también hace de restaurante. Salvador es francés, y en su país natal ya hace años que no se puede fumar en ningún recinto público cercado. "Es verdad pero que aquí la gente es de ir más a los bares que no en Francia, y la mayoría de clientes son fumadores", explica. Maria Álvarez, propietaria del Café Express también es fumadora. "Ya hace tiempo que quiero dejarlo, pero con todo el mundo fumando aquí se hacía difícil", explica. La nueva ley es el tema de conversación preferido entre los clientes de este bar de la calle Unión en los últimos días. Cómo dice Àlvarez "todo el mundo seacabará acostumbrando. Qué remedio si prohíben fumar en todas partes!".

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El mismo camino que en Europa
Tenemos que dejar de ser el país del carajillo y asemejarnos más en Europa, apunta Francesc Rojas, que despacha al estanco de la calle Santa Benet. Rojas recuerda que a la mayoría de países del continente las leyes son cada vez más restrictivas en este ámbito. Puede parecer que se esté boicoteando el tabaco, pero el que toca es acatar la normativa, asegura. El estanquer vivió un tiempo en Irlanda, uno de los primeros países que eliminó el humo del tabaco de los espacios cerrados, incluso de sus populares pubs regados de Guinness y Jameson. Yo fumo, pero allá salíamos y nos lo pasábamos bien igualmente. Cuando querías un cigarrillo salías a la calle y no iba mal, porque nos encontrábamos todos los fumadores y era una buena oportunidad para socializarte y conocer gente nueva.
La entrada del Classic Coffee
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