Capgròs
«No pretendo dar lecciones a nadie, en absoluto», afirma Santi Clavel con una sincera modestia mientras contempla una de las creaciones que se podrán contemplar a partir del viernes día 30 a las instalaciones de Renacuajo. El mataroní apunta que justamente el material que presenta es para «contemplar», en el sentido más trascendente del término. Y es que las circunstancias personales que han rodeado últimamente el artista la enfermedad y muerto de su padre han hecho que su producción sean paisajes de colores fríos que tienden cada vez más hacia la abstracción, el lugar al cual parece dirigirse el artista. Clavel, de todos modos, admite que sus limitaciones técnicas como pintor hacen que se sienta cómodo en este terreno. Los cuadros, de gran formato, se agrupan bajo el título Lejos.
La exposición que Clavel presentará, de todos modos, tiene una segunda parte, titulada Pequeños divertimentos sin ninguna intención, que ha pintado como mecanismo de autodefensa justamente para superar el trance que ha tenido que superar. Se trata de una quincena de pequeños cuadros donde se pueden encontrar paisajes, interiores y marinas que estarán colocados en tres hileras. Clavel, que se dedica a la pintura a los ratos libres, es un autodidacto que empezó a pintar hace una docena de años cuando dejó de banda el deporte, que había sido su pasión de joven: «Siempre me había gustado dibujar y cómo que no soy de estar quieto, me puse a pintar. Y dicen que conecto», comenta Clavel, un hombre muy autocrític que medita mucho sus decisiones a la hora de exponer.
Viernes día 30 A 2/4 de 8 del anochecer a las instalaciones de Renacuajo. Entrada libre.
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