A las siete y media de la mañana del día 30 sobre las losas de la plaza de Santa Anna un par de centenares de jóvenes demostraban una vez más que nunca hay bastante. Comían chocolate deshecho y la mayoría presentaban bastante buen aspecto todo y la larga noche de la que venían. Pero las cosas cómo son y el calendario manda, y ahora sí que el sueño se había acabado, como cantaban los Sau en una canción. En Robafaves y compañía ya hacía unas horas que habían dejado de pasearse por la ciudad. Pero el desafortunado Carles Sabater añadía que quizás un día, el sueño, vuelva a empezar.
Sin miedo a equivocarnos podemos aventurar que el Chasquido Final en el parque Central protagonizado por la Orquesta Gira-solo desde al poco de la medianoche hasta pasadas las 6 de la madrugada fue de los más multitudinarios que se recuerdan. Todo lo hacía prever: el hecho de caer en viernes, que muchos iniciaban este día las vacaciones de verano, las ganas de mover las caderas después de la suspensión de su acto germano, el baile del martes 26 debido a la lluvia... Y los que quisieron ir a felicitar la Gira-solo por sus 30 años, entre ellos la Pandilla Castellera Renacuajos de Mataró, que hizo a la pista de baile un 3 de 7 a 2/4 de 2 de la madrugada que parecía salido de una coctelera. La orquesta hizo un auténtico maratón de temas de todos los tiempos y sin olvidar los éxitos de este verano, y, en una fórmula que resultó todo un acierto, en los descansos el locutor y punxadiscos Albert Malla seguía animando los bailaores con música revival enlatada.
Antes la Tronada de fin de fiesta, como siempre corta y contundente, ya se había mostrado multitudinaria. Y llegaba el final. Cómo si fuera el flautista de Hamelín, el grupo Los Labradores hizo salir del parque Central en dirección La Riera abajo con su música todos los que todavía aguantaban. Últimos reencuentros, algunos balances de la Fiesta, y preguntas sobre los planes de agosto. La llama de las Santas 2011 se iba tirando pequeña, pequeña.

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