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Cuenta atrás de una semana para que Alberto y sus hijos se busquen un techo

El barrio de Rocafonda de Mataró se moviliza para frenar el desahucio de un padre de familia que no puede pagar el alquiler a la espera que se le otorgue la incapacidad permanente por problemas de salud

Este jueves 27 de marzo estaba previsto el desahucio de Alberto y sus dos hijos, menores de edad, del piso donde viven de alquiler en la calle Poeta Punsola del barrio de Rocafonda de Mataró. No obstante, la comitiva judicial ha concedido una prórroga de una semana, un tiempo que, según el entorno de apoyo de Alberto, es totalmente insuficiente para encontrar una solución habitacional digna para él y sus hijos. La AFA de la escuela Germanes Bertomeu, donde actualmente estudia uno de los dos niños, y el colectivo Docents 083, además del Sindicato de Vivienda, denuncian el caso y reclaman una solución urgente. 

Víctima de la vulnerabilidad

Alberto se encuentra en una situación de gran precariedad. Con graves problemas de salud que le impiden trabajar, está a la espera de la resolución de su incapacidad permanente, que podría tardar hasta tres meses. "Podría pagar la deuda que tengo, tengo la voluntad de pagar el alquiler, pero necesito tiempo", explica él mismo, ante la lentitud de la tramitación de las ayudas económicas que le corresponden por su situación.

El piso donde reside es propiedad de un particular, con quien ha acumulado una deuda aunque ha intentado ir pagando meses atrasados. El pasado enero hubo juicio y se estableció la fecha de lanzamiento para este jueves 27 de marzo. 

La situación familiar de Alberto, que no tiene ningún lugar alternativo donde vivir, tampoco se lo pone fácil. Está en trámites de divorcio y, según explica el afectado, desde Servicios Sociales del Ayuntamiento le han sugerido como única solución que deje a sus hijos con la madre. "Los niños dicen que mientras puedan quedarse conmigo, quieren hacerlo", comenta, algo que confirman desde la propia AFA de Germanes Bertomeu.

Alberto lamenta que la administración no le dé ninguna otra alternativa y se vea obligado a elegir entre pagar el alquiler o alimentar a sus hijos: "Cuando me resuelvan la pensión de incapacidad, tendré recursos, pero ahora no. La administración se lava las manos. ¿Cómo puede ser?".

Desahucio en la calle Poeta Punsola 13. Foto: R.Gallofré

Desahucio en la calle Poeta Punsola 13. Foto: R.Gallofré

Apoyo del barrio y del sector educativo

Ante esta situación, diferentes entidades del barrio y del ámbito educativo han hecho piña para evitar el desahucio. El Sindicato de Vivienda de Mataró, la AFA de la Escuela Germanes Bertomeu y el colectivo Docents083 (maestros de escuelas donde el alumnado sufre de forma directa o indirecta el fenómeno de los desahucios) han denunciado la falta de respuesta de las instituciones y el grave impacto que tienen los desalojos en los niños y la comunidad educativa.

Mireia Calders, de la AFA de Germanes Bertomeu, critica la inacción de la administración: "Alberto, muy implicado en la asociación de familias de la escuela, está sufriendo las consecuencias de un estado fallido, con unos servicios sociales totalmente saturados. Este es un caso entre miles. Nosotros tenemos claro que cuando haya familias en una situación de vulnerabilidad extrema, les daremos apoyo".

También denuncia la falta de recursos para el barrio de Rocafonda, donde se toman decisiones que, según ella, favorecen la segregación: "La administración cierra líneas escolares en centros de alta complejidad, como Germanes Bertomeu el año pasado o Rocafonda este año, lo que aleja aún más a la gente del barrio, nos estigmatiza y perjudica la convivencia y la cohesión social".

Bernat Pèlach, miembro del colectivo Docents083, destaca el impacto psicológico que tienen los desahucios en los niños: "Cuando un niño o niña vive con la angustia permanente de si esa noche podrá dormir en su casa, le resulta muy difícil concentrarse en la escuela. Incluso hay familias que no explican su situación por miedo a perder la custodia. Este miedo dificulta la tarea educativa y se nota mucho en las aulas", destaca Pèlach.

Como profesor de alumnos que viven con esta espada de Damocles sobre sus cabezas, es testigo de lo difícil que les resulta aplicarse en los estudios. “¿Cómo puedes pedirles que trabajen en casa si viven en infraviviendas compartiendo habitación con cuatro personas más, o que se concentren en la escuela con toda la rabia hacia el mundo y hacia todo lo que acumulan?”, lamenta. Además, destaca que los desahucios son una realidad prácticamente cotidiana para el conjunto del alumnado. "Cada dos por tres, de camino a la escuela, se encuentran con 10 furgonetas policiales con agentes armados, a punto de echar a alguien de su casa", lamenta.

Un problema estructural sin respuesta institucional

El Sindicato de Vivienda de Mataró alerta que el caso de Alberto es un ejemplo de la grave crisis habitacional que se vive en la ciudad, especialmente en barrios como Rocafonda; y, sobre todo, de la inacción de las administraciones públicas. Desde el organismo destacan que en este caso concreto “están haciendo que se enfrente la clase trabajadora con la clase trabajadora”, dando a entender que el piso no es de ningún banco ni gran tenedor, sino de una persona que realmente necesita disponer de un piso modesto que tiene en propiedad.

Por ello, ponen el foco en la “falta de respuesta” de los servicios sociales, en cuanto a ofrecer una alternativa habitacional temporal a una familia que no pide nada más que no quedarse en la calle. "Tenemos los recursos para garantizar una vivienda de calidad para todos, pero la administración no actúa", constatan.

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