Una quincena de marxaires mataronins llegaron el martes día 3 al pueblecito ampurdanés de la Vajol. Ponían fin, de este modo, a cuatro días de recorrido resiguiendo los pasos que ahora hace 65 años hicieron los exiliados republicanos que huían de las tropas franquistas. El lugar de llegada, además, no era casual porque fue por el cuello de Lino por donde huyeron el presidente de la República, Manuel Azaña, así como los presidentes catalán y vasco, Lluís Companys y José Antonio Aguirre. La ruta de este año, titulada Memorias del exilio, empezó en Beget y, antes de llegar a la Vajol, pasó por el cuello de Malrem, la Menera, Prats de Molló y Arles. Además de los quince marxaires, en algunos tramos el grupo llegaba a tener una octogésima de componentes, muestra de la popularidad que ha cogido esta iniciativa.
Por el grupo organizador, los marxaires Mataró-Canigó, hacer estas quinielas es una manera de hacer un ejercicio de memoria histórica combinado con una de sus pasiones: andar. No es el único centro de interés que han descubierto haciendo el camino norteño una y otra vez también hay los oficios desaparecidos, la inmigración francesa al siglo XVII, los bandoleros y las leyendas que todavía se explican pero cómo que el tema del exilio los interesaba especialmente, decidieron dedicarse a fondo. El año pasado el grupo recorrió los campos de concentración que se crearon en la Cataluña Norte al final de la guerra y acabaron la ruta en Portbou, donde murió el filósofo Walter Benjamin después de exiliarse.
El año que viene el grupo quiere completar la trilogía del exilio de la cual ya se han hecho los dos primeros capítulos. La idea sería rememorar los exiliados que se quedaron luchando con la resistencia francesa a la Segunda Guerra Mundial: «Es el momento de hacerlo porque los testigos pasan de los ochenta y costa de encontrarlos», afirma Miquel Torner. La ruta no cambiará excesivamente y de momento ya han hecho contactos con asociaciones de la resistencia francesa.
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