Redacció

Sr. Conductor, acelere!

Me gusta comparar esta campaña a un largo viaje de colonias. A bordo del autocar, hay conyeta, diversión y algunos momentos de griterío. Y cuando se acumulan los kilómetros, acabamos durmiendo como zocos. El único, que somos unos escolares ganàpies. En estos casos, el conductor es una pieza fundamental para mantener la buena sintonía. A nosotros nos ha tocado en Pedro. Un personaje entrañable.

Con puntualidad helvética, cada día nos espera en la sede del PSC, a la calle Nicaragua de Barcelona. Formal, con la corbata y la chaqueta de hilo azul marino. En Pedro tiene el cabello corto, de color grisáceo. Un mostatxo de medio arco bajo una nariz de gancho, y una mirada risueña. Es un hombre de mundo, él. Sin ser Papa, explica orgulloso que ya ha cercado más de cinco millones de kilómetros.

Ayer comió con toda la patuleia, cuando hicimos parada en Reus. Charla por los descosidos, este hombre. Tiene una de anécdotas que no se las acaba. Ha transportado deportistas de élite: la selección estatal de fútbol, la de baloncesto... incluso los GloberTrotters! También ha llevado modelos exuberantes con vestidets mínimos. Y niños, está claro. Más de una vez seha encontrado algún dormido, cuando volvía a cocheras. Entonces no truca directamente en la escuela sino a los monitores, para ahorrarlos la bronca. Uno de los viajes con regusto más intenso fue un paseo de dos meses por Europa, con una capelleta de religiosos norteamericanos. Visitaron catedrales, monasterios y esglesioles insospechadamente bonitas.

En Pedro ya acumula cuatro viajes de campaña, siempre con los socialistas. Y bastante bien que se lo pasa. Encaja con paciencia las quejas de los periodistas, cuando las frenadas son bruscas y no pueden escribir. O cuando le proponen que circule sobre dos ruedas para ahorrar maniobras. Ayer a una compañera se le rompió el talón de aguja, camino de Manresa. A la entrada de la ciudad, en Pedro le indicó donde se podía comprar zapatos. También al retorno en Barcelona, nos hace de taxista y para donde nos conviene. Los Pedros saben disfrutar la vida y hacerla disfrutar a los otros.

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