Star Citizen es el proyecto más ambicioso que tiene en desarrollo la industria del videojuego. Su creador es Chris Roberts, padre de Wing Commander, y encargado de comenzar en 2012 el crowdfunding más exitós del ocio electrónico: empezó con un objetivo de dos millones de dólares para crear un juego de acción al espacio, y cuatro años después ha recaudado más de 120 millones de euros de casi 1,5 millones de usuarios. Cada semana crecen estas cifras.
El título ofrecerá un mundo abierto y persistente conectado con todos los jugadores del juego, multijugador de acción espacial y una campaña de acción en primera persona. Decenas de naves recreadas hasta el mínimo detalle (el jugador puede comprar nuevas naves con dinero real por valor de miles de euros), un hangar enorme y vive donde perderse y un sistema de exploración por decenas de planetas que quiere jugar, simplemente, a otra liga. Ninguno otro juego apunta a esta cantidad (y calidad visual) de contenido.
El título está de actualidad por dos motivos: el primero, en agosto se presentó el Alpha 3.0 que se publica en diciembre: quién haya pagado por el juego podrá encontrarse con otros jugadores, hacer actividades con ellos y relacionarse con personajes no controlables (NPC) para realizar todo tipos de misiones. A diferencia otros juegos, las misiones no están predefinidas y dependen del día a día de los personajes controlados por una IA, haciendo que la experiencia de cada jugador varié según el momento y el lugar donde se tope con el NPC de turno. También se pueden visitar 40 estaciones espaciales y diez lunas nuevas. La otra novedad es de esta semana: han mostrado el sistema 'Visual Stablization', que permite funcionar el juego a 60 frames por segundo con una calidad de imagen inigualable.