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Sílvia Ruiz

"Tienes que aprender y mejorar cada día si quieres adaptarte en un nuevo país"

Mohsin Abdi. Camarero al restaurante Cae Grillat, procedente de Tánger.

Mohsin Abdi trabaja de camarero desde hace 15 años al restaurante Cae Grillat de la calle de en Pujol. Él es marroquí y vino de Tánger, su ciudad natal, en 2001. Allá era músico, tenía una orquesta y cantaba en fiestas y celebraciones, combinándolo con el trabajo diario de taxista. A pesar de que tenía una vida estable en Tánger, un conocido suyo le propuso ir a trabajar en Madrid y dedicarse a la música. Mohsin aceptó pero el destino le dio una vuelta de 180º.

"El chico se suponía que me estaba esperando allá pero, antes de coger el autobús desde Algeciras, truqué y no me cogió el teléfono", recuerda y explica que "entonces truqué a otro conocido mío que vivía en Mataró, a pesar de que yo no sabía ni donde estaba esta ciudad, y aquí vine. Hasta hoy!". Enseguida encontró trabajo en la Madriguera Grillat, primero lavando platos, después a la cocina y finalmente como camarero. "Me he olvidado de la música, sobre todo porque el horario del trabajo tampoco me lo permitía, la vida se me giró completamente y mi destino era quedarme aquí", asegura. Además, a la cabeza de dos semanas conoció a una chica que le propuso ir a vivir a su piso. Actualmente es su mujer y ya tienen un hijo.

Te adaptaste bien?
No me costó nada. Son países y culturas que no tienen nada a ver, pero me adapté muy bien con la gente de aquí, las costumbres y las fiestas. Siempre he sido muy dispuesto a comunicarme con la gente, que es muy acogedora, y nunca he tenido problemas de choque cultural. También hay que decir que nadie me ha hecho ningún favor y que te lo tienes que currar, aprender y mejorar cada día si quieres adaptarte. Hago la vida de un mataroní más.

Qué te sorprendió al llegar?
Siempre piensas que llegarás aquí y lo encontrarás todo muy fácil, la vida de color de rosa como dicen. Pero si no te esfuerzas, esto no pasará. Tienes que trabajar y sufrir como todo el mundo para llegar a tener un nivel de vida digno. Por otro lado, antes, para mí, Cataluña formaba parte de España y bastante pero, cuando llegué, vi que es otro mundo. Otro idioma, otra cultura, otras costumbres... Muy diferente del que pensaba.

Qué diferencias has notado respecto a la vida en Tánger?
Entre Barcelona y Tánger es un cambio muy brusco. Barcelona es de las mejores ciudades de Europa y Tánger tiene historia y tenía prestigio pero no se puede comparar. El que sí que puedo decir es que Tánger es una ciudad muy atractiva y muy mediterránea. La gente es elegante, abierta y muy interesada en las culturas, sobre todo la española.

Que te gusta de Mataró? Y que mejorarías?
El mar, que me encanta. A nivel de ciudad me gusta todo, no cambiaría nada. Además, desde el día que llegué y hasta ahora he visto que la ciudad ha mejorado muchísimo. El que veo es que los mataronins son un poco cerrados de carácter, no se abren a la primera de cambio y los cuesta un poco relacionarse.

Qué echas de menos?
Yo vine solo y dejé allá toda mi familia y mi mundo. Intento volver de vez en cuando para ver la familia y los amigos. Echo de menos el ambiente, la ciudad en sí y sus fiestas. Allá las celebraciones son totalmente diferentes, son muy familiares. El que más me gusta es aquella reunión familiar, aquella calidez y lo añoro mucho cuando llega una fecha importante.

Tienes previsto quedarte aquí?
Mi corazón y mis raíces sueño ajo``a pero me siento más mataroní que tangerí y nunca me he planteado volver. Mi vida es aquí, la casa, el trabajo y la familia con mi hijo, que es mataroní. Aquí es donde vivo y donde me gano la vida. Cuando llego en coche en Barcelona y veo la ciudad de lejos ya respiro tranquilo porque siento que estoy en casa.

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