Judith Vives

Todo el que se queda en Las Vegas

Que Resacón en Las Vegas haya sido recibida como una de las sorpresas del verano se explica por la capacidad de presentar en forma de comedia fresca y novedosa un argumento que tiene como base un conjunto de tópicos recurrentes, en este caso, los que tienen que ver con los excesos de las despedidas de solteros. "El que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas” es el consejo que el suegro le da a su futuro yerno, a punto de celebrar su despedida de soltero a la "ciudad del pecado". Y el que los pasa en Las Vegas durante las dos noches de locura quepasarán el futuro novio y tres de sus amigos es un auténtico misterio que no queda desvelado, como quien dice, hasta prácticamente a los títulos de crédito finales.

Resacón en Las Vegas basa su acierto en un magnífico uso de la elipsis, la que va de las primeras horas de la fiesta nocturna hasta el día siguiente por la mañana, cuando los tres amigos se despiertan en la habitación con un tigre y un bebé, pero sin rastro del novio. A partir de aquí, los personajes se dedicarán a buscar pistas para reconstruir una noche que la monumental resaca ha cubierto de niebla, mientras que la película jugar a despistar y crear misterios y expectativas en el espectador. Todo ello, insinuando situaciones cada vez más absurdas reforzadas por un humor surrealista e irreverente, que se beneficia de un guion inteligente, pero también del acierto de los actores y muy especialmente, de Zach Galifianakis, todo un descubrimiento de la película.

Resacón en Las Vegas propone un divertido y descabellat descenso a ciertos infiernos, en una versión gamberra y puesto-adolescente del Yo, que noche de Scorsese, pero que también se sabe enmarcar en la nueva oleada de comedia de trazo grueso que empieza a despuntar en Hollywood, y que parece tener a Todd Phillips, junto con Judd Apatow, entre sus abanderados.

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