Ahora hace 30 años que Jaume Vilaseca y su mujer decidieron montar un negocio juntos. Él había estudiado jardinería y ella Arte floral, así que no dudaron a la hora de salir adelante una floristería con servicios de jardinería. De aquí surge la floristería Frèsia, situada en la plaza del Ayuntamiento desde entonces. Durante todos estos años desde Frèsia se han ofrecido ambos servicios y la tienda se ha dotado de todo un equipo que no ha dejado de crecer, formarse y evolucionar hasta ahora.
"Antes el cliente pedía que le hicieras propuestas; hoy te viene con una foto al móvil exactamente con el que quiere"
Todo con el objetivo de garantizar que el cliente se sienta como casa y encuentre aquello que necesita con la máxima calidad. "Siempre hemos intentado ser cercanos, dar el máximo servicio y ser esmerados en el precio, sin perder calidad", explica Vilaseca, que afirma que "gracias a esto al final acabamos teniendo resultados". Estos días, pero, el foco está al preparar las rosas y comprobar que todo esté a punto para vivir una fiesta de Sant Jordi más: "Hagamos un esfuerzo máximo porque la rosa sea de calidad y le dure al cliente, esto es lo más importante".
Qué ofrecéis al cliente que viene a Frèsia?
Que se sintió cómodo, como casa. Que encuentre un lugar agradable para pasear y poder comprar flores y plantas. Ofrecemos un trato cercano y con esto ganamos un grado de confianza y complicidad con él muy importante. A esto se le suma la máxima calidad de flores y plantas que siempre tenemos.
Os adaptáis a sus necesidades?
Sí, esto ha cambiado mucho. Antes el cliente vendía a ver qué le proponías, ahora, en cambio, manda mucho él y viene con el móvil para enseñarte la foto del que vol. Pero nos entendemos bien y no decimos que no a nada, a pesar de que aconsejamos si el que nos propone no es correcto. Al final hay mucha competencia y, si tú no le haces, ya le hará otro. Al final la clave es tener el máximo de variedad y calidad posible.
Ya compramos suficientes plantas y flores?
Cataluña está por debajo de la media europea pero por encima de la española. Vamos evolucionando pero es un mercado que todavía tenemos que ir luchando. Hay un conjunto de gente para quien la flor sigue siendo un lujo o un regalo sólo para un Santo, mientras que para otros es una cosa cotidiana cómo cuando vas a comprar el pan. Esta es una cultura que todavía cuesta aquí y lo tenemos que hacer más cercana.
Hemos pasado Sant Jordi...
Sí, este día sí que todo el mundo regala flores! La gente que va a comprarla a una floristería es porque quiere una rosa diferente, trabajada, guapa y que no esté horas en el solo. Esta calidad es la que nos distingue.
Cómo es una Fiesta para vosotros?
Después de Santo Valentí ya empezamos a preparar Sant Jordi. Rumiem qué presentación haremos, vamos tirando pruebas y salimos adelante la que nos gusta. Yo nunca he vivido la fiesta en la calle, pero desde dentro es un día que también hace ilusión porque voces que la gente está feliz con su rosa. Eso sí, también es un día de muchos nervios.
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