Cerca de 50.000 personas llenan cada año las calles de Mataró para ver la Cabalgata de Reyes de la ciudad. Un acto multitudinario que se lleva a cabo gracias a la participación de casi 800 personas, entre voluntarios, figurants y personal de seguridad y apoyo. Pero conseguir que el espectáculo de una de las noches más esperadas del año sea un éxito comporta un volumen de trabajo previo que no siempre se ve. Un trabajo que arranca desde Cultura del Ayuntamiento y que implica al director artístico del acto, Antoni Blanch, y a cada una de las entidades que participan.
La preparación de la Cabalgata próxima empieza justo cuando acaba la edición anterior
Los preparativos logísticos empiezan justo acabado el verano, al mes de septiembre, cuando se envía la convocatoria a las entidades que quieran participar. Pero el trabajo ya empieza justo acabado el recorrido del año anterior. "Se recogen y se asean todos los vestidos y complementos y se guardan de forma que quede todo emparejado para devolverlos el año siguiente a cada comparsa", explica el regidor de Cultura, Quim Fernàndez. El mismo se hace con las diferentes carrozas institucionales, que van al almacén municipal, se envuelven con plástico y, cuando quedan unas semanas para la Cabalgata, se destapan y se ponen a punto. Se limpian, se comprueba que todo funcione, se repintar si hay algún golpe, se sustituyen las cajas de juguetes por otros más actuales, y se revisa la luz y otros aspectos técnicos, porque no falle nada la noche del 5 de enero.
Además de las carrozas institucionales conservadas por el Ayuntamiento al almacén municipal, la Cabalgata de Reyes de Mataró está formada por toda una serie de comparsas de diferentes entidades de la ciudad. Desde escuelas de danza hasta entidades vecinales. Todas ellas salen a la Cabalgata con elementos completamente propios, desde el vehículo hasta el vestuario y complementos. Unos elementos externos que preparan los mismos miembros de la entidad durante las semanas previas al acto. Y el día 5 llega la prueba de fuego. Todos los participantes se concentran al Teatro Monumental agrupados por comparsas y carrozas, donde se los reparten los vestidos y se maquilla todos los figurants un equipo de personas se encarga de maquillar a todos los figurants que intervienen.
La mano del director artístico
Antoni Blanch es el director artístico de la Cabalgata de Reyes de Mataró desde hace cinco años. "Los mataronins estábamos acostumbrados a ver primero la cabalgata comercial, las carrozas del Ayuntamiento y los tres Reyes de Oriente juntos al final", recuerda Blanch, que explica que "mi propuesta era unificarlo todo". Y esta ha sido su línea de trabajo durante estos años. "Hemos trabajado muy sobre todo con las entidades no institucionales que traen sus carrozas y sus elementos externos", apunta el director. La relación con ellas es muy fluida. "Me trucan para ir a ver los ensayos, por si se tiene que rectificar o modificar algo, nos piden opiniones sobre el vestuario y, si conviene, los ayudamos a escoger la música que sea más adecuada con el conjunto de la Cabalgata".
El director artístico ha unificado el acto y mantiene una relación muy fluida con las entidades
Blanch vive el transcurso del acto con mucha intensidad. "Cada año hago 40 vueltas arriba y abajo para comprobar que todo funciona", comenta. El recorrido está cronometrado, de forma que se sabe cuando tiene que pasar por cada lugar. Es por eso que no se puede bajar la guardia en ningún momento. Aparte de un regidor de espectáculo, que marca y controla los tempos y el recorrido, cada carroza tiene sus responsables. El trabajo y los nervios del momento, pero, se ven finalmente recompensados. "La ilusión de los niños no tiene precio, sólo por eso vale la pena todo el esfuerzo", asegura el director.[banner-AMP_5]