El Maresme vive en gran parte del turismo y es este sector el más muy posicionado para ayudar a sacar la comarca de la crisis económica. Así se desprende del estudio que la Cámara de comercio presentó la semana pasada en Mataró. El estudio analiza el impacto de la actividad turística en la economía de la comarca y señala las oportunidades que sedesprenden. Oportunidades que pasan para potenciar todavía más los atractivos de un territorio que, por sus propias características, cuenta con una oferta ya de por sí diversificada. Así, al Alto Maresme, donde se concentra el gran grueso de la oferta turística y hotelera, hay que apostar por una mayor calidad de los alojamientos y, también, para ampliar las actividades de ocio y cultura que permitan desestacionalitzar el turismo más allá de los meses de verano. Hace falta también cuidar los intereses turísticos de las poblaciones del interior, más vinculados al turismo de natura, activo, rural y con necesidades concretas de apoyo técnico y económico. Y hay que potenciar también la zona de Mataró, suyo del TecnoCampus, como un polo de atracción del turismo de reuniones y congresos. La cultura, la gastronomía y la oferta de playas requiere también de un esfuerzo de comunicación importante. Por último, hace falta que el Maresme pierda el complexe de la proximidad con Barcelona y convierta este disparo definitorio en una oportunidad para atraer otro tipo de visitante.
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