Los donantes descansan unos minutos a las literas de la biblioteca.
Los donantes descansan unos minutos a las literas de la biblioteca.

E. Castarnado

'Una pequeña punzada que puede salvar muchas vidas'

Los organizadores del Maratón del Banco de Sangre en Mataró esperan superar las doscientas donaciones al final del día

“Sólo vendía a volver unos libros y he acabado dando sangre por primera vez”, dice Núria Real. Esta mataronina de veinticuatro años ha sido una de las nuevas donantes que hoy jueves, día 15, se ha acercado en la biblioteca Pompeu Fabra de Mataró para solidarizarse con el Maratón del Banco de Sangre y Tejidos, que ha llegado por primera vez a la ciudad. La Núria se encuentra en la última fase del proceso de donación: lo refrigere. “Nunca lo había hecho porque no había encontrado una ocasión tan adecuada como esta, pero ahora que he visto comoes de importante, seguro que lo volveré a hacer”, asegura.

A su lado, y también recuperando fuerzas, suyo todo un veterano, Ramon Roca. A sus cuarenta y siete años, da sangre cada tres meses –el máximo recomenat a los hombres- y es plenamente consciente de la importancia de aportaciones como la suya: "Es una pequeña punzada que puede salvar muchas vidas". Pero Roca reconoce que a veces es difícil dar el paso: “Hay gente que le hace aprensió las agujas o que no pueden dar por alguna enfermedad, pero yo que no me mareo ni me da miedo, es el mínimo que puedo hacer para ayudar”.

No siempre ha podido contribuir, puesto que la hepatitis que sufrió cuando era un niño hizo que no lo dejaran dar cuando hizo los dieciocho años. “Cuando ya fui grande me dijeron que en realidad el tipo de enfermedad que yo había tenido no dejaba ninguna secuela y que sí que podía dar, así que no me lo pensé”, dice Roca, que se acaba el zumo que le ha servido el responsable de los refrigeres, José Antonio Sánchez. “Los donantes salen fuertes porque la donación no los supone muchas molestias, pero aún así conviene que ingieran líquidos y coman algo”, comenta Sánchez, mostrando un azulejo rellenado de dulces y zumos de fruta.

El camino solidario
Pero hasta que los donantes llegan a la mesa donde los espera la comida, tienen que seguir un camino ya establecido. “El primero que tienen que hacer es llenar el cuestionario –explica la doctora Núria Nomen- porque tenemos que saber sus antecedentes médicos y en qué sido se encuentran”. Un golpe llenado, hay que pasar por secretaría donde se buscará la ficha del donante o se lehará una en caso de que sea la primera vez.

A continuación, como explica Nomen, toca visita médica: “El médico los hace una revisión en que se hacen algunas pruebas como mirar el polos o comprobar que no tengan anemia”. Es entonces cuando los donantes pasan en la sala de literas donde se estiran durante un rato y son atendidos por un médico que hará la extracción de la sangre. Al fondo de la sala, una gran pantalla marca las donaciones que se han hecho a lo largo del día: pasadas las cinco de la tarde la cifra se acerca al centenar.

Previsión: superar las 200 donaciones
En el momento de finalizar el Maratón de Mataró –a las nueve del anochecer- los organizadores esperan haber conseguido entre doscientas y trescientas donaciones. “La gente está respondiendo muy bien durante todo el día y esta es una ciudad solidaria así que esperamos conseguirlo”, apunta el coordinador de promoción del Banco de Sangre, Domènec Almerge.

Los requisitos básicos para poder dar sangre son tener entre 18 y 65 años y pesar más de 50 kilos. En esta ocasión, pero, se han acercado sobre todo ciudadanos de entre 35 a 50 años. “Me ha sorprendido que hoy ha venido mucha gente a dar por primera vez, más del que es habitual”, opina Núria Nomen. En caso de que alguien no haya podido acercarse hoy a hacer su aportación en el Banco de Sangre, podrá hacerlo el 22 de junio en el Mataró Parco, donde se instalará un nuevo punto de recogida.

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