Mariona Vivar

Una radiografía del Mataró Buzo

Los usuarios aprueban el servicio, pero reclaman más autobuses a las horas punta y que se alargue el servicio por la noche

El servicio municipal de autobuses ha llegado este mes de noviembre a los cinco millones de usuarios. El crecimiento de la ciudad en los últimos años y la integración tarifaria con RENFE ha contribuit al aumento de pasajeros del Mataró Buzo, pero no han sido los únicos factores. La comodidad y el trato de los conductores son algunos de los aspectos más muy valorados entre los pasajeros de los autobuses urbanos. Aún así, muchos reclaman también que se ensanchen los horarios por la mañana y por la noche y que se refuerce el servicio a las horas punta.

A las cinco de la tarde, a la parada de la plaza de las Tereses hay una aglomeración de gente que bloquea el paso de los peatones. Un hombre se desespera: “El cero ya ha pasado?”. “No, hace rato que nopasa ninguno”, le responden. Finalmente, llegan los dos vehículos con cuatro minutos de retraso y los pasajeros se reparten. Adentro, se desmiente el tópico que dice que en Mataró el autobús sólo lo cogen los abuelos. En este buzo hay una pareja de mujeres charlatanas, una maleta de viaje, mochilas colgadas a las espaldas de adolescentes que vuelven a casa, cochecitos de criaturas y algún bastón inseguro.

Una de las pasajeras, Chrystel Huarter, de 14 años, coge el buzo cada miércoles y asegura estar satisfecha con el servicio. Sólo se queja de la impuntualitat: “Los horarios que hay a la parada son orientativos. No tepuedes refiar, porque normalmente tarda unos minutos más”, afirma mientras el buzo ensarta por la Vía Europa. En un abrir y cerrar de ojos, diez minutos clavados, se ha plantado en el hospital. A la parada, en Joan Ferrer, de 83 años, espera el número tres: “Estoy muy contento, porque los autobuses son cómodas, asequibles y la gente mayorestamos muy agradecidos. Además, normalmente, la gente joven me deja sentar”, reconoce.

El hospital, el centro comercial Mataró Parco, la zona residencial de la Vía Europa, el tanatorio o la zona de los exámenes de conducir son algunos de los servicios que se han instalado al norte de la ciudad. Cinco de las seis líneas del Mataró buzo comunican esta zona nueva con el resto de Mataró. A la parada del Mataró Parco se renuevan muchos pasajeros. Cómo Hayat Haraga, una mujer marroquí que cree que se tendrían que vender las tarjetas multiviatges dentro del autobús, “porque si trabajas, no puedes comprar las tarjetas en las cajas de ahorros, porque cierran muy pronto, y tienes que depender de alguien que te las compre”, se queja. Otro usuario habitual, un ciudadano de unos cuarenta años, cree que habría que ensanchar los horarios los días laborables “por la mañana y al atardecer porque hay mucha gente que entra a trabajar muy pronto, y de otra que pliega tarde”. “Yo prefiero dejar el coche en casa porque así me ahorro problemas de aparcamiento y pagar zona azul”, añade.

La integración tarifaria de la Asociación del Transporte Metropolitano ha favorecido gente como Maria Fernández, de 25 años, que vive a la ronda Cervantes, y que cada día tiene que ir a coger el tren para ir a trabajar. Ahora con un mismo billete puede coger el tren y el buzo: “Con la T10 de tres zonas me sale bastante por anticipado. Antes no cogía el buzo. El servicio en general es correcto: son fuerza puntuales y me dejan a la puerta de casa. Para bajar hasta la estación tardo muy poco, ni cinco minutos, pero para subir el buzo hace un poco de vuelta y tardo un cuarto temprano.” Maria de Àngels Utzet, por su parte, destaca el trato de los conductores pero lamenta que desde algunos lugares, como por ejemplo Santo Simó –donde ella vive- no hay ninguna línea en el parque o al ambulatorio del Camino del Medio. “Tenemos que coger el tres y hacer transbordo a la estación, tanto si hace frío como si hace calor. Si esto pasara en alguna otra barriada, ya lo tendrían solucionado, pero nosotros somos de una barriada de gente pacífica, que no cogemos cazuelas ni llamamos”.

La cara negativa
Pero no siempre se sienten elogios hacia el servicio del Mataró Buzo. Maria Dolors Garcia, vecina del camino de la Serra, asegura no estar contenta con el servicio: “Mataró ha crecido mucho y a las horas punta el servicio es insuficiente. Vamos enlatados como sardinas. Hace falta un autobús cada diez minutos, sobre todo a las horas punta”. La inaccesibilidad para minusválidos o cochecitos es otra queja habitual, a pesar de que la flota del Mataró Buzo es la única donde los vehículos tienen el acceso al mismo nivel.

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