Una semana de agosto aprendiendo y trabajando, codo en codo, con uno de los pintores realistas más reconocidos de España y Europa. Un sueño de todo artista plástico que se hizo realidad para los pintores mataronins Alberto Romero y Ana García, que participaron este verano en un curso que ofreció el genial artista Antonio López, un innovador del realismo pictórico, a la Universidad Menéndez y Pelayo de Santander. Un privilegio bastante exclusivo, puesto que Romero y García fueron sel·leccionats, junto con una quincena de artistas más, entre más de 300 aspirantes.
La experiencia ha sido más que fructífera para los dos mataronins, tal y cómo explica Alberto Romero: Hemos vivido una semana muy interesante, porque López es un artista muy generoso. Además, al taller también ha sido presente la esposa de López, Maria Moreno, otra pintora de altura que también ha compartido experiencias con los estudiantes. A pesar de ser un artista consagrado, López no tiene secretos a sus alumnos. No considera que tenga que esconder nada al taller explica Romero-, no se guarda ni sus virtudes ni tampoco las miserias.
Romero ya había trabajado anteriormente con López, en un taller celebrado en El Escorial, y esta nueva experiencia le ha servido para salir todavía más reforzado. Cómo López, las obras de Romero tienen en su mayoría un cariz realista, un estilo que algunas corrientes del arte creen que no tiene lugar en la expresión artística contemporánea. Pero trabajando con él, te reafirma que el realismo se una forma de trabajo que tiene una vigencia total en el día de hoy y sigue siendo una vía de trabajo consistente, apunta el Mataroní. Según Romero, López ha renovado el realismo, y ha supuesto un gran punto de inflexión.
Obras eternas
Antonio López, nacido a Tomelloso (Ciudad Real), en 1936, destaca por sus cuadros extremadamente realistas, casi fotográficos, en que brilla especialmente el tratamiento al por menor de figuras y objetos cotidianos. Esta visión pictórica lo trae a desarrollar cada uno de sus cuadro durante varios años, o incluso décadas en alguna ocasión, con el objetivo de plasmar la esencia de todo lo qué representa sobre la tela. Su objetivo, Entre los numerosos galardones que ha recibido,figura el Príncipe de Asturias de las Artes, concedido en 1986. Además, desde 1993, es miembro de la Real Academia de San Fernando. El año 1992, protagonizó el documental El sol del membrillo, del cineasta Víctor Erice, que recoge el peculiar método de trabajo del pintor manchego.

Antonio López (izquierda), al taller que ofreció en Santander
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