Josep Fradera, a la puerta de su hogar en Mataró
Josep Fradera, a la puerta de su hogar en Mataró

Vern Bueno

Una vida dedicada a revitalizar la cultura mataronina

El dramaturgo y promotor cultural mataroní recibe hoy la Cruz de Sant Jordi en reconocimiento a su extensa actividad en el campo cívico y cultural

El dramaturgo y promotor cultural Josep Fradera (Mataró, 1924), es distinguido hoy lunes, día 25, con la Cruz de Sant Jordi en honor su trayectoria en el campo cívico y cultural. Fradera es una de las 63 personalidades que reciben hoy este galardón, de manso del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en un acto solemne que tiene lugar este anochecer al Liceo de Barcelona, en plena fiesta de la Merced.

“No habría podido decir nunca que no a este galardón, porque la vanidad humana no te límites y, sobre todo, porque sé que es un grupo de amigos quién lo ha promovido y esto me hace muy feliz”, explica Fradera, en plena forma a sus 82 años. “No sé exactamente quién hay entre estos amigos, pero lo sospecho”, añade. No los quiere denominar por miedo a dejarse alguno. Si de algo se puede enorgullecer es de haber hecho un montón, de amigos, a lo largo de su extensa y prolífica carrera en el ámbito cultural y político, con la ciudad de Mataró casi siempre como principal receptora de sus iniciativas. Director del Film Ideal Club, fundador de la escuela Anxaneta, presidente de Òmnium Cultural, secretario de los alcaldes Joan Majó (con quienes posteriormente fue al ministerio de Industria) y Manuel Mas, regidor de Cultura, autor de una veintena de obras de teatro, crítico cinematográfico y teatral, trabajador en Aguas de Busot de Mataró, futbolista amateur... Un currículum impresionante que lo convierte en un personaje multidisciplinar y difícil de clasificar.

“Acostumbro a decir que zoco un tastaolletes cultural, a quien gusta picar un poco de aquí y de allá”, comenta Fradera, quien define su tarea “una manera de colaborar con mi ciudad, que me lo estimo mucho”. Reconoce que a la década de los 50 y los 60, cuando era la época de ”entrar a hacer política clandestina”, lo frenó la responsabilidad de tener mujer y cuatro hijos: “Si hubiera entrado en política, seguro que nos habría tocado el recibir a mí y los míos, y esto no me lo podía permitir”. Por eso, decidió dedicar sus esfuerzos a la vida cultural de la ciudad, hacer de tastaolletes e intentar “dejar petja allá donde podía por el bien de la cultura mataronina y catalana”.

Cine y pedagogía: Fradera fue cofundador del Film Ideal Club en 1957, un cinefòrum que, además de traer a Mataró el cine de vanguàrdia del momento. “Tuvimos la suerte de tropezar con la época del neorrealisme italiano; las películas que proyectábamos suscitaban muchos comentarios de orden político y social”, recuerda Fradera. Los debates a cada sesión fueron una escuela para aprender a hablar en público, a aceptar la controversia y a perder el miedo a expresar la propia opinión. “Sepodían discutir cosas de las cuales en la calle ni sepodía hablar”, resume el dramaturgo.

La primera escuela catalana y democrática: El año 1965 se fundaba el Anxaneta, la primera escuela “catalana y democrática” de Mataró, en palabras de Fradera. El centro empezó sus actividades al “piset”, un piso de la calle Santa Peregrino que acogía dos cursos, y después se trasladó al Camino real. “ traje mis hijos pequeños desde buen principio. Cuando se acababa el verano, deseaban volver a la escuela, cosa que a mí nunca me había pasado en el periodo escolar”.

Incorporación del catalán a la escuela: Fradera fue el segundo presidente de la Delegación local de Òmnium Cultural entre 1975 y 1979, en una época en qué “nadie quería este cargo”, asegura. Como presidente, Fradera jugó un papel muy importante en la incorporación del catalán a la escuela: consiguió que los profesores de catalán fueran retribuidos como los correspondía. Hizo que la administración local seimplicara, aprovechando los aires de renovación que se vivían a la época. “Los dije a los del Ayuntamiento: ‘Miráis, las cosas cambiarán bien pronto, así que será mejor que todos intentamos quedar bien”.

En Mataró y en Madrid: Fradera hizo de secretario de los alcaldes Joan Majó y Manuel Mas. Cuando Majó fue nombrado ministro de Industria, lo trucó porque le hiciera de secretario en Madrid “No jodemos, Joan, no puede ser de ninguna forma”, fue la primera respuesta de Fradera, reticente a dedicar todo su tiempo a la política. Los dotes de persuasión de Majó lo acabaron convenciendo. En Madrid, Fradera hizo amistad con personajes como Narciso Serra, Raimon Obiols o Romano Cuyàs. “Al ministerio respondíamos en catalán las cartas que nos venían de Barcelona. Recuerdo a todas las secretarías quejándose: ‘Tanta obsesión cono que tenemos que aprender en inglés y ahora nos toca responder en catalán', decían”.

El Monumental: Al volver de Madrid, en 1989 asumió la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Mataró, dondeentró como independiente. Desde la concejalía estableció una relación “sincera” con el mundo cultural mataroní puesto que, después de tantos años de actividad, “sabía de qué pie cojeaba todo el mundo”, como él mismo explica. Durante aquella legislatura, se inauguró el Teatro Monumental, “con todas sus virtudes y defectos”. A pesar de que no quiere opinar sobre la actual gestión cultural de la ciudad, “para no molestar a nadie”, reconoce que Mataró “necesitaría un teatro nuevo, con todos los eres y uts. Pero siempre topamos con el mismo: el dinero”.

Archivado en:

Comentarios