Chueca, que vivió en Barcelona desde el año 1940, se adscribió al Círculo Artístico de Santo Rebrote, clave por su entrada en la abstracción. Su obra se puede englobar en tres etapas. La primera, durante los años 60, protagonizada por el constructivismo formalista, donde destaca el uso del látex y materiales acrílicos. La segunda, más dedicada a la figuración, coincidiendo con la crisis que sufrió a raíz de la desaparición del Grupo Zaragoza, colectivo vital en la renovación del arte aragonés en la posguerra al cual va pertanyer. Por último, a principios de la década de los 80, en los últimos año de su vida, Chueca vivió una frenética actividad pictórica con un regreso a la abstracción, tanto dinámica cómo en sus inicios pero más serena.
El director del Museo Monjo, Paco Rodón, ha destacado que es un pintor "muy destacado pero también desconocido", un desconocimiento causado por "factores externos, principalmente por la miseria vivida en tiempo de posguerra". La inauguración de la muestra tiene lugar este sábado y contará con la presencia del crítico de arte Manuel Pérez-Lizano, comisario de las exposiciones de Chueca que se pudieron ver el año pasado a varios municipios del Aragón. La exposición se podrá ver hasta el cercano 9 de diciembre.
Sábado, día 10 · A las 8 del anochecer al Museo Monjo de Vilassar de Mar (Camino real, 30)
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