R.R.

Vuelven a expulsar miembros de L’Astilla que querían recuperar objetos propios

Los Mossos d'Esquadra han intervenidos a raíz de la llamada de un vecino pero finalmente no han practicado ninguna detención

Después del desalojo ayer viernes día 18 del Centro Social La Astilla y la vivienda de Kal Ronco, el colectivo de jóvenes que participaba en la Asamblea de La Astilla ha decidido movilizarse como señal de protesta a un desalojo que califican de ”ilegal” basándose en la orden dictada por el juzgado de instrucción número 1 de Mataró. A la manifestación de protesta de ayer al atardecer se le ha sumado una rueda de prensa este mediodía y un intento de recuperar algunos de los objetos que habían quedado en el interior del inmueble de la calle Lepanto.

Fuentes de la Asamblea explican que después del desalojo habían quedado en el interior de la antigua fábrica varios bienes relacionados con las actividades que se practicaban en el centro social, como cuadros o instrumentos, así como objetos personal u otros tipos de material, como vestidos y complementos utilizados durante la pasada fiesta municipal de Carnestoltes. “Para poder recuperar todo esto y cómo que la entrada había sido tapada –explica un miembro de la Asamblea-, cuatro personas han entrado a través de las azoteas vecinas a la casa”. A primera hora de la tarde, dos dotaciones de los Mossos d'Esquadra, alertados por la llamada de un vecino, se han dirigido a la antigua carpintería de Can Maymí y han hecho salir los jóvenes.

Después de mantener un diálogo con los agentes, estos han decidido finalmente no practicar ninguna detención y únicamente han tomado los datos de los jóvenes que habían entrado al edificio y han retirado carretes fotográficos a algunos jóvenes que habían hecho fotografías a los agentes. Desde los Mossos d'Esquadra se remarca que en la operación no seha producido ningún problema y que ha sido “muy tranquila” y que los cuatro jóvenes que habían accedido en el patio del inmueble “enseguida han colaborado” con los agentes.

Miembros de la Asamblea de La Astilla, aun así, se quejan que el estado del inmueble después del desalojo era muy malo, con objetos rotos y echados en tierra: “estaba todo destrozado, incluso con agujeros como si fuera un queso gruyère; no han tenido cura de nada”, afirman.

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