Las dificultades económicas son una de las principales causas de estrés en la sociedad actual. Además de generar ansiedad, los problemas financieros pueden afectar nuestras relaciones personales y nuestra salud mental. En este contexto, el concepto de bienestar financiero está ganando cada vez más relevancia. Pero, ¿qué significa exactamente este término y cómo podemos mejorarlo?
Definición del bienestar financiero
Según Roberto España, jefe de la División de Educación Financiera del Banco de España, el bienestar financiero se puede definir como “el estado en el que una persona es capaz de gestionar sus necesidades y obligaciones financieras, hacer frente a imprevistos y situaciones de dificultad, perseguir sus aspiraciones y planificar el futuro con optimismo y proactividad, de manera que se sienta satisfecho y seguro respecto a sus finanzas y a su futuro". Esta definición fue compartida en el programa Economía de bolsillo emitido el 23 de febrero de 2025.
El propio experto remarca que el bienestar financiero no es un concepto absoluto ni aplicable de la misma manera a todas las personas. Factores como la aversión o inclinación al riesgo, el control del consumo, la impulsividad y las preferencias individuales hacen que dos personas con el mismo nivel de ingresos puedan tener una salud financiera muy diferente.
Además, tener un salario elevado no garantiza el bienestar financiero, así como tampoco tener ingresos bajos implica una situación financiera precaria. “En el bienestar financiero de un individuo influyen muchas otras circunstancias. No es tan sencillo como medir los recursos que tenemos”, señala España.
La importancia de la planificación financiera
Uno de los aspectos clave para alcanzar el bienestar financiero es la planificación económica. Pero, antes de hacer un plan, el primer paso es tomar conciencia de nuestra situación financiera. Según Roberto España, este proceso comienza con una premisa básica: “Para dejar de preocuparte, tienes que ocuparte”. Es decir, hay que dedicar tiempo a organizar nuestro dinero.
En este sentido, la planificación financiera implica conocer el nivel de ingresos, ajustar los gastos en función de estos e incorporar el ahorro como una rutina. “El ahorro debería considerarse como un gasto fijo. Cuando recibimos la nómina, deberíamos apartar una parte para el ahorro”, recomienda el experto. Este hábito es el que nos permitirá tener control sobre nuestras finanzas y reducir la incertidumbre.
Reglas generales para un buen bienestar financiero
Aunque cada persona tiene necesidades y objetivos diferentes, hay algunas pautas generales que pueden ayudar a mejorar el bienestar financiero:
-
Crear un fondo de emergencia: Es importante disponer de un ahorro que nos permita hacer frente a imprevistos sin recurrir a préstamos o endeudamiento.
-
Planificar los gastos: Conocer los ingresos y los gastos permite hacer ajustes y evitar problemas futuros.
-
Ahorrar de manera constante: Incorporar el ahorro como un hábito y considerarlo una parte fija del presupuesto.
-
Evitar deudas innecesarias: No asumir préstamos que no se puedan pagar cómodamente y priorizar el pago de las deudas existentes.
-
Establecer objetivos financieros: Definir metas a corto, medio y largo plazo, como la compra de una vivienda, un viaje o la jubilación.
Por último, Roberto España destaca que cada persona debe encontrar su propio camino hacia el bienestar financiero. “Para mí, el orden ideal sería construir un colchón para imprevistos y, después, empezar a soñar. El ahorro es el primer paso para alcanzar nuestros sueños, ya sea para la entrada de un piso, un viaje o un capricho personal”, concluye.
Comentarios