Las olas de calor de los últimos veranos han convertido la búsqueda de un buen lugar donde refrescarse en una auténtica misión. Con las piscinas municipales saturadas, las playas llenas y el coste de las escapadas en aumento, cada vez más familias y grupos de amigos buscan alternativas asequibles, cómodas y cercanas para combatir las altas temperaturas. Y han encontrado una que combina privacidad, flexibilidad y aire fresco: el alquiler de piscinas particulares por horas.
Este fenómeno, conocido como el “Airbnb del agua”, se ha disparado este verano en el Maresme, donde ya se cuentan por decenas las piscinas que se ofrecen a través de plataformas como Cocopool, una aplicación que permite reservar piscinas de particulares en menos de dos minutos, con total seguridad y sin salir de la comarca. Esta nueva manera de vivir el verano triunfa sobre todo en municipios como Mataró, Argentona, Premià de Mar o Vilassar de Dalt, donde la oferta se ha triplicado en comparación con el año pasado.
Privacidad, confort y sin masificaciones
El funcionamiento es sencillo: a través de una plataforma digital, los usuarios pueden filtrar por ubicación, número de personas, precio o servicios extra (como barbacoa, jardín, sombra o baños) y hacer una reserva inmediata. Los propietarios confirman, y los bañistas reciben la dirección para disfrutar de una jornada a medida. El precio medio por un alquiler de seis horas se sitúa entre los 200 y los 500 euros, en función de la piscina y las prestaciones, una cifra razonable cuando se reparte entre varios amigos o miembros de una familia.
¿El principal atractivo? La comodidad de no tener que desplazarse lejos para pasar un día fresco y divertido, la privacidad de un espacio sin masificaciones ni colas, y la libertad de poder escoger el horario y el tipo de experiencia que se quiere vivir. Desde mañanas familiares con niños hasta atardeceres con música suave y cócteles junto al agua, las opciones son casi infinitas.
Un modelo que también beneficia a los propietarios
Para los anfitriones, este modelo colaborativo se ha convertido en una forma inteligente de sacar rendimiento a la piscina durante los meses de verano. Muchos de ellos solo la usaban puntualmente, y ahora pueden ingresar cientos de euros a la semana manteniendo el control total de la disponibilidad. Además, la plataforma ofrece un contrato específico para cada reserva y gestiona los pagos de forma segura, reduciendo riesgos y preocupaciones.
Los usuarios, por su parte, destacan la tranquilidad y el buen ambiente de las experiencias. “Celebramos el cumpleaños de nuestro hijo en una casa con piscina en Cabrils y fue todo un acierto: zona de sombra, baños, jardín… y sin salir del pueblo”, explica una madre de Dosrius. Una alternativa mucho más relajada y limpia que los parques acuáticos o las piscinas públicas, que a menudo se quedan pequeñas ante la gran demanda de los meses más calurosos.[banner-AMP_5]
Una tendencia que ha llegado para quedarse
Con previsiones de temperaturas muy altas durante todo el mes de agosto y una canícula especialmente persistente, todo indica que esta nueva manera de disfrutar el verano se consolidará como una opción habitual. La combinación de tecnología, economía colaborativa y una experiencia personalizada hace que el alquiler de piscinas por horas sea mucho más que una moda pasajera.[banner-AMP_6]
En el Maresme, con su clima cálido, la alta densidad urbana y las muchas casas con jardín, la receta es perfecta. Refrescarse sin aglomeraciones, compartir momentos en buena compañía y ahorrarse largas horas de coche es más fácil que nunca.
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