"Y los aumentos salariales pan' cuando?". Esta es alguna de las frases recurrentes ante un contexto inflacionista que ha elevado la cesta de la compra a cuotas históricas del 10 % durante los últimos meses por los millones de trabajadores que buscan combatir la presión de este fenómeno. Y de aquí, las peticiones de mejoras salariales en masa hacia unos empresarios que tienen como principal frente el elevado precio de las materias primeras, el estrecho margen comercial y la retención del mejor talento.
No tan solo ha subido la cesta de la compra, sino el precio de la vivienda, el agua, la electricidad, el gas y el transporte, mientras que los salarios no lo han hecho con la misma proporción. De hecho, según la última actualización de los Indicadores de Progreso y Bienestar del Cuarto de Barcelona, el salario mediano de Cataluña se encuentra estancado desde el 2004, a pesar de que la productividad haya aumentado.
Cómo se ha llegado hasta aquí?
Por qué hay un estancamiento salarial desde hace años? Jordi Alberich, vicepresidente coordinador del Instituto de Estudios Estratégicos de Fomento, explica a VÍA Emprendida que a partir del 2008, al ver que el Estado no podía devaluar la moneda, "se ganó en competitividad con el control de sueldos y con la reducción de costes". Para Alberich, el aumento salarial "es una cuestión ética", pero se tiene que tener en cuenta cada tipología de empresa porque no es el mismo una multinacional, un hòlding financiero, una pequeña y mediana empresa o el empresario industrial arraigado en el país.
Parece que el fenómeno de la inflación y la espiral de salarios, no es un problema único de Cataluña. De hecho, Ángel Hermosilla, secretario técnico del Colegio de Economistas de Cataluña, apunta que "se trata de una tendencia de ámbito internacional que surgió hace casi dos años y que se puede alargar en el tiempo". Gran parte del problema, según el economista, radica en el hecho que los "incrementos salariales han sido de entre el 2 % y el 3 %, mientras que la inflación ha logrado cuotas de más de dos dígitos en un otoño del 2022 que se presentaba muy caliente".
Por lo tanto, en circunstancias de estas características parece que el trabajador tiene pocas opciones, que van desde conseguir una mejor retribución económica, a gestionar mejor la cesta de la compra o a echar de ahorros.
La posición del empresario ante las peticiones de aumentos salariales
Cómo pueden hacer frente los empresarios a los inconvenientes que genera que un trabajador pida un aumento salarial en un contexto de inflación recuerdo? En primer lugar, se tiene que tener claro "a qué sector y empresa se trabaja". Joan Ramon Rovira, ninguno de estudios del Cuarto de Barcelona, entiende que pueda ser un gran dilema por los líderes, pero que "no se pueden aumentar los salarios con medidas excesivas como por ejemplo el aumento de precios del producto para contrarrestar y a expensas de los márgenes comerciales y beneficios". Y lo ejemplifica de la siguiente forma: si aumentas el salario un 10 %, junto con el precio del producto un 10 %, te quedas igual mientras la inflación continúa en esta cifra.
Por lo tanto, en estos momentos "es imprescindible los convenios sectoriales y los pactos que pueda haber desde la patronal y los sindicatos". Por ejemplo, los sindicatos son partidarios de aumentar salarios de forma inmediata, tal como reclamaban durante el Día del Trabajador el 1 de mayo con 'Subir salarios, bajar precios, repartir beneficios'. Por otro lado, la patronal tiene claro que no estará nunca junto al "intervencionismo".
El futuro más próximo
"Y los aumentos salariales pan' cuando?" Rovira (Cuarto de Barcelona) apunta que el mejor escenario posible sería que los salarios aumentaran de la mano de la productividad con unos márgenes empresariales establos. Aun así, se tiene que tener en cuenta que la globalización y la tecnología han entrado en juego y una parte de la innovación ha sustituido mano de obra y ha posado presión a los salarios reales. También, a destacar, la soberanía energética, la autonomía industrial y las cadenas de valor.
El miembro del Colegio de Economistas cree que "tendremos que aguantar uno o dos años con tasas de inflación elevadas y que la moderación será lenta", pero no descarta tensiones salariales que vayan en linea con la inflación y que se consigan mejoras significativas alrededor del 4 % y el 5 %.
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