La fiscalía pide tres años de prisión para cada uno de los agentes de la Policía Local de Mataró Ramon B. A., de 48 años, Gregorio H. T., de 51 años, y Josep Francesc S. O., de 43 años por un delito de atentado grave a la integridad de un detenido, y tres años más al sargent Francisco C.F., para encubrir este supuesta atentado. Los acusados están procesados para agredir un hombre en las dependencias policiales después de detenerlo para conducir bajo los efectos del alcohol el noviembre del año 1999.
Según la fiscalía los hechos pasaron la madrugada del 5 de noviembre del 1999, cuando la patrulla de los agentes de la policía de Mataró formada por Ramon B.A. y Gregorio H.T. detuvieron el vehículo de Antonio G.M., después de sospechar que iba alcoholitzat un golpe vieron como conducía. En el juicio que hoy a empezado a la Audiencia de Barcelona los acusados han explicado que la víctima tenía síntomas "evidentes" de ir bebido puesto que "andaba tambaleando y cogiéndose a su vehículo", y por eso pidieron que fuera a la comisaría a pasar el correspondiente test de alcoholemia.
A pesar de que la víctima accedió de forma voluntaria a ir a la comisaría, la fiscalía y la acusación particular consideran que los agentes lo trataron de forma despectiva llegando a insultándolo, una versión negada por los policías durante el juicio. Un golpe a las dependencias judiciales otro acusado Josep Francesc S.O., responsable de las diligencias, intentó hacerle el test, a pesar de que en su declaración ha explicado que la víctima "me tomaba el pelo", y "no colaboraba", por lo cual le dijo que lo detendría por desobediencia grave a agentes de la autoridad, y el conductor "se levantó para marchar porque decía que había perdido demasiado tiempo".
Según los acusados, al evitar que la víctima marchara se produjo un pequeña pelea, tirando en tierra los tres agentes a la víctima e inmovilizarlo para ponerle las manillas, "utilizando la mínima fuerza necesaria", y haciéndose lesiones a la cara. Después lo cerraron a la prisión y escribieron el acto de detención que la víctima se negó a firmar. Además según los acusados tampoco quiso ser visitado por ningún médico ni avisar a ningún familiar.
Las acusaciones consideran que antes de trasladar el detenido a la prisión los agentes lo insultaron y cuando él replicó, lo empezaron los tres a agredirlo a puñetazos. Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió varias contusiones que necesitaban de una asistencia médica, a pesar de que los agentes le negaron y lo obligaron a estar a la prisión toda la noche "hasta que llegó una abogada de oficio".
Sobre el cuarto implicado, el sargento Francisco C.F., de 61 años, las acusaciones consideran que no cumplió las obligaciones de su cargo como son garantizar la integridad física y moral de los detenidos, y no impidió las agresiones. Por eso también le piden tres años de prisión e inhabilitación por su cargo.
En el juicio, celebrado lunes día 2, los acusados han negado haber agredido e insultado el detenido y han explicado "que estaba muy nervioso" y un golpe dentro de la celda se dio "golpes contra las paredes con rabia y se tiraba contra la puerta' hasta que se calmó. Además han dicho que fue él quién se negó a recibir asistencia sanitaria y también 'nos amenazó de muerto". En la sesión también se ha destacado que seis cámaras de seguridad habrían grabado imágenes de la supuesta agresión pero que no pudieron ser enviadas al Juzgado de Instrucción cuando las pidió puesto que 'habían grabado encima otras imágenes', a pesar de que los acusados han dicho que en ningún momento las vieron.
El Ministerio Fiscal y la acusación particular consideran que Ramón B.A., que está en prisión por otra causa, Gregorio H.T., que está de baja médica, y Josep Francesc S.O. cometieron los delitos de atentado grave a la integridad moral, violación de las garantías constitucionales y una falta de lesiones, mientras que Francisco C.F., va amprar y permitir estos delitos de sus subordinados. Por todo esto piden para cada uno de los agentes tres años de prisión, siete de inhabilitación y multa de 720 euros, y por sargento tres años de prisión y tres de inhabilitación para ocupar su cargo. Además tendrán que indemnizar con 6.000 euros a la víctima por las lesiones y los daños morales, cantidad que tendría que abonar de forma subsidiaria el Ayuntamiento de Mataró. El próximo lunes continuará el juicio con la declaración de la víctima.

Los cuatro acusados en el juicio
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