Una imagen de la expedición Al Everest de 1985. Foto: Cedida al ACN
Una imagen de la expedición Al Everest de 1985. Foto: Cedida al ACN

40 años del primer ascenso catalán al Everest con un maresmenc al frente

Toni Sors formó parte de la histórica expedición catalana que hizo la cumbre del Everest desde donde se pronunció la mítica frase " 'Cataluña ha logrado el techo del mundo"

'Cataluña ha alcanzado el techo del mundo'. Así es como la expedición catalana capitaneada por Conrad Blanch anunciaba el 28 de agosto de 1985 que, por primera vez en la historia, había alcanzado la cima del Everest. 40 años después de esta gesta que significó un gran paso para el alpinismo catalán, algunos de los protagonistas recuerdan en la ACN cómo fue aquel momento y analizan los cambios que ha experimentado el alpinismo. "Fue una experiencia muy intensa y exigente", explica Blanch, que recuerda que se habían hecho dos expediciones anteriores fallidas. 

La expedición catalana que en 1985 coronó la cima más alta del planeta (8.848 metros) estaba formada por catorce alpinistas catalanes y tres sherpas nepaleses. Además de ser la primera expedición catalana que pisaba la cima del Everest, también fue la primera expedición occidental que lo hacía por la arista noreste, en el lado chino, que hasta entonces había estado reservada a grupos de China y Japón. Y lo consiguieron en plena época de monzones. Concretamente, fueron tres los alpinistas de la expedición que coronaron la cima -Òscar Cadiach, Toni Sors y Carles Vallès-, junto con los sherpas nepaleses Shambu Tamang, Narayan Shresta y Ang Karma.

Entre los tres alpinistas estaba Toni Sorsmaresmense de la Agrupación Científico-Excursionista de Mataró. Nacido en Sant Vicenç de Montalt en 1950, Antoni Sors i Ferrer era miembro de la Agrupe. En 1981 fue el jefe de la primera expedición catalana que alcanzó el Broad Peak (8.047 m), en el macizo del Karakoram. En 1985 formó parte, junto con los también alpinistas Òscar Cadiach y Carles Vallès, de la citada primera expedición catalana que alcanzó la cima del Everest.

La icònica imatge de Toni Sors al cim de l'Everest, fa 35 anys
La icónica imagen de Toni Sors en la cima del Everest, hace 40 años

 

Un ascenso histórico

El 28 de agosto de 1985, hacia las 18.30 horas, los tres catalanes alcanzaban la cima del Everest proclamándose así la primera expedición catalana que alcanzaba el techo del mundo, y también la primera expedición occidental que lo conseguía por la vertiente tibetana, escalando por la arista noreste, en el lado chino, que hasta 1980 había estado reservada a las expediciones chinas y japonesas. Los tres catalanes lograron hacer cima tras seis horas de ascenso final, con mucha nieve y movimientos muy lentos, y exclamando la frase por la que siempre más se les ha recordado: “¡Hemos hecho cima!” comunicando por radio al jefe de la expedición que ya habían llegado arriba.

Uno de ellos, Carles Vallès -que con 27 años era uno de los más jóvenes del grupo-, cree que "el éxito" de la expedición fue que "se creó un grupo formado por los mejores alpinistas catalanes del momento". "El equipo promotor tuvo el acierto de encontrar personas que teníamos un extenso currículum, que habíamos abierto diferentes vías y que habíamos estado en gran altitud; fue mérito de todo el equipo, cada uno pudo aportar su grano de arena", recuerda. Por su parte, el jefe de la expedición, Conrad Blanch, destaca que esta experiencia les ha unido para siempre: "Nos ha quedado una relación de mucha amistad y mucho sentimiento, cuando nos encontramos es como si volviéramos a estar juntos de nuevo".

Un descenso accidentado: vivac improvisado a más de 8.000 metros

La hazaña alcanzada por la expedición Caixa de Barcelona no fue fácil y así lo demuestra el hecho de que ya se había intentado dos veces antes -en 1982 y 1983-. Xavier Pérez, uno de los integrantes del equipo y también uno de los alpinistas que había estado en las expediciones anteriores, recuerda que el trabajo de una expedición es "mérito de todo un equipo, entre todos se consigue subir a la cima". También cree que en la expedición de 1985 se añadió el factor "de la suerte" con una "ventana" de condiciones meteorológicas favorables que les permitió rematar el trabajo.

Los alpinistas acabaron coronando la cima pasadas las cuatro de la tarde y se les hizo de noche durante el descenso. Por ello, cuatro de ellos -dos pudieron bajar- tuvieron que improvisar un vivac a 8.600 metros de altitud. Finalmente, a las cuatro de la tarde del día siguiente llegaron al campo base para reencontrarse con el resto de compañeros de expedición. Carles Vallès recuerda aquel episodio como "muy complicado". "Nunca antes había habido un registro escrito de seres humanos que hubieran resistido una noche en aquella altitud sin utilizar oxígeno artificial", rememora el alpinista. Relata que se resguardaron en un agujero que hicieron en la nieve y pasaron la noche los cuatro abrazados para darse calor unos a otros.

Una imatge de l'expedició a l'Everest de 1985. Foto: Cedida a l'ACN
Una imagen de la expedición al Everest de 1985. Foto: Cedida a la ACN

 

Poema de Brossa y Els Segadors

Hace cuarenta años, tanto la sociedad como el mundo del alpinismo eran "completamente diferentes, el país apenas salía de una dictadura", recuerdan los alpinistas. "Habíamos tenido pocas ocasiones de alzar la voz, y fue el momento de hacerlo en nombre de tantos y tantos montañeros y alpinistas catalanes que nos habían precedido y que no habían recibido ningún reconocimiento", explica Vallès. Para el jefe de la expedición, Òscar Blanch, esta fue una gesta emblemática para el país y expresa que la vivieron con un componente de "sentimiento catalán". Los expedicionarios recuerdan la anécdota de que el poeta Joan Brossa les escribió el poema 'Oda sextina a unos catalanes intrépidos', para que lo llevaran a la cima del Everest, y precisamente uno de ellos, Òscar Cadiach, lo leyó en el momento de la coronación. Minutos antes, Cadiach comunicó por radio a los compañeros del campo base una frase que ha hecho historia: 'Cataluña ha alcanzado la cima del mundo'. A su vez, ellos hicieron sonar 'Els Segadors' a través del transmisor, de manera que el himno se pudo escuchar en medio de las montañas del Himalaya.

Dificultades en las comunicaciones

En aquel momento, las comunicaciones no eran ni ágiles ni fluidas como ahora, y, para enviar información desde el campo base lo hacían a través de un sistema complejo de télex y radio que podía tardar días en llegar al destinatario final. "Todo el proceso duraba tres días yendo muy deprisa", rememora Vallès. Otra de las cosas que han cambiado es el material, aunque Vallès admite que tuvieron "la suerte" de "llevar las últimas innovaciones que había en aquel momento, tanto en lo referente a la ropa como a protecciones". De hecho, cree que el cambio más importante es en el peso: "Seguramente el mismo equipo que llevábamos entonces ahora pesaría un 30 o un 40% menos".

Sorprendidos por la gran repercusión de la gesta

Los expedicionarios no se esperaban la gran repercusión que tuvo su gesta: "Nos quedamos sorprendidos de la acogida que tuvimos al llegar a Barcelona y del calor de la gente", recuerdan. De hecho, centenares de personas los recibieron en su llegada a Barcelona, y la plaza de Sant Jaume también se llenó de miles de seguidores. Todos los integrantes de la expedición -Nil Bohigas, Jordi Camprubí, Jordi Canals, Lluís Gómez, Enric Lucas, Jordi Magriñà, Joan Massons, Xavi Pérez, Antoni Ricard, Miquel Macià, Carles Vallès, Toni Sors, Òscar Cadiach y Conrad Blanch- salieron al balcón del Palau de la Generalitat. Esta gesta les ha acabado marcando a todos y Blanch asegura que los vínculos entre ellos "perdurarán para siempre". "Cualquiera de nosotros estaría dispuesto a hacer lo que hiciera falta por alguien más del grupo. Las cordadas son para siempre", expresa.

  • Capgròs fue una de las empresas que patrocinó la expedición.
  • Una escultura que reproduce la silueta del Everest recuerda a Antoni Sors en la plaza que lleva el nombre del propio Alpinista, situada junto al Parc Nou de Mataró.

La masificación del Everest

Sobre la masificación actual del Everest, los expedicionarios creen que hoy en día la aventura de subir a la cima más alta del mundo "se ha perdido totalmente". Uno de ellos, Xavier Pérez, dice que se ha convertido en un hecho "muy comercial": "La gente no va con el espíritu aventurero con el que se iba antes. Suben con muy poca experiencia". Compara el campo base que encontraron ellos, casi solos, con las imágenes actuales con miles de personas: "Esto no tiene nada que ver con la montaña que hacemos nosotros y con el espíritu de respeto y estima por la naturaleza". También lo cree Carles Vallès, que asegura que hoy en día "subir por la vía normal no es hacer alpinismo, es hacer turismo de altura porque todos van ayudados de cuerdas, sherpas y oxígeno". Y hace esta comparación: "Una cosa es atravesar el Atlántico con un barco transatlántico y otra es hacerlo con una barca de remos o nadando".

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