Gustavo Giosa es una persona afable, tranquila y pausada que se expresa con claridad. No es, seguramente, el prototipo arquetípico de presidente de fútbol tal y como lo tenemos todos interiorizado. Desde junio del año pasado es el presidente del CE Mataró, un club que lleva años de crisis deportiva con su primer equipo masculino, que ha llegado a descender a Segona Catalana y ha perdido en el último año incluso contra el Argentona o el Cirera, por poner rivales cercanos. Giosa y su directiva han puesto orden y en el Camp del Centenari esta temporada se empieza a respirar diferente. Con orden, con proyecto, con sentimiento de pertenencia y con ganas de librarse de la hipoteca de tener que seguir pagando aún ahora 1.200 euros al mes al expresidente Paco Gonzalo, Giosa atiende la entrevista confiado en que si la afición mataronense cree en el proyecto, el club amarillo y negro puede ser la expresión local de este ‘boom’ que está viviendo el fútbol popular en todo el país.
¿En qué estado se encuentra el club?
Lo podemos comparar con el proceso de una persona: ahora estamos en una etapa de aprendizaje, igual que la persona, con el paso de los años, debe ir aprendiendo. Tenemos la sensación de que estamos avanzando mucho en áreas que el club nunca se había planteado antes, como el equipo de comunicación y prensa, por poner un ejemplo. Redes sociales activas, mucha actividad, mucha gente implicada. O, por ejemplo, la conexión entre el primer equipo y el fútbol base. El trabajo de los coordinadores, también: aquí se analiza el funcionamiento de los equipos semanalmente con reuniones, seguimientos… todo esto antes no pasaba. Hay mucha más coordinación y el control y seguimiento de todo el club es mucho mejor. Y el femenino, claro.
¿Es la joya de la corona?
El fútbol femenino está funcionando muy bien y no solo por resultados, sino también a nivel de gestión y coordinación. Tenemos a una persona de la junta directamente encargada del equipo y un entrenador que lo lleva con gran nivel. El buen funcionamiento del equipo y sus buenos resultados están siendo acompañados de un muy buen funcionamiento global. El partido contra el Barça, por ejemplo, llenó el campo. Y con la gente contenta de ver lo bien que juegan. Esto no se había visto nunca aquí.
¿Ser un club centenario es una carga añadida?
Sí y no. El CE Mataró es el club con más historia de la ciudad y la representa. Eso es una responsabilidad que no evitamos. En el día a día, no es algo en lo que pienses constantemente porque estás inmerso en la gestión de lo inmediato, pero debemos aceptar la presión de lo que, creo, piensa todo el mundo: que este club debería estar en otra dimensión deportiva con el primer equipo en Segunda Catalana. Trabajamos para este objetivo y, volviendo al femenino, creo que de cierta manera nos marca el camino.
¿A qué división hay que ascender?
En el corto plazo, deberíamos volver a Primera Catalana, pero yo creo que el planteamiento debería contemplar como objetivo -sin volverse loco- subir una o dos categorías más arriba. Nosotros tenemos un mandato de cuatro años y tenemos mucho trabajo por hacer. Deportivo y, sobre todo, económico: estamos hablando de que si ascendemos, entramos en categorías donde los presupuestos se disparan. La economía actual del club no permitiría lograr dos ascensos. Necesitamos la ayuda de patrocinadores y agentes externos que colaboren con el club. Ya hemos visto que Segunda Catalana no es fácil, empezamos con varios jarros de agua fría. Ahora vamos un poco mejor desde el cambio de entrenador y con la sintonía que hay, creo que debemos aspirar a volver por la vía rápida a Primera. Estamos entusiasmados.
El club aún tiene que pagar mensualmente al expresidente Gonzalo. ¿Hasta cuándo?
Es una pesadilla que terminará en junio. Hay que pensar que en los últimos años se han pagado 150.000 euros a este señor, que es una persona que buscará la manera de mantener este modo de vida que ha tenido a costa del club. Lo intentará, pero no podrá. Los pagos mensuales a Gonzalo han sido un lastre enorme y un desgaste muy importante. Este personaje hundió el club, quiere dinero y el Mataró no le importa en absoluto.
¿Cómo volveréis a enganchar a la afición?
Nosotros decidimos abrir las puertas: acceso libre a los dos primeros equipos, así de entrada. Esto hace que la gente pueda venir y ha habido partidos en los que la entrada ha sido buena. Si deportivamente el equipo va bien y juega vistoso, la gente vendrá. Se está creando una buena cultura de club con los niños del fútbol base y sus familias.
¿Cómo valoráis el Eixam Groc-i-negre?
Dentro de la lista de cosas buenas que están pasando en el club, esta es una de las más importantes. La gente los ve los domingos en la grada, animando tanto al masculino como al femenino, y cómo se contagia la animación. Pero deberían ver todo el trabajo que hay detrás del Eixam, que comenzó siendo un grupo pequeño y cada vez son más. Carteles, acciones sorpresa, ‘tifos’, trabajo de comunicación, desplazamientos a otros campos donde han alucinado con ellos. Como grupo, colaboran con el club más allá de la grada de animación. Está ayudando mucho.
¿Queréis más socios?
Lo que está claro es que si todas las personas que han sido socias del CE Mataró volvieran a serlo, sería un muy buen trampolín. Hicimos una campaña de captación de socios y tendremos que recuperarla. Necesitamos reimpulsarla, con mejoras. Necesitamos crecer y pronto, de cara a la próxima temporada. El socio del CE Mataró, además del apoyo, debe tener beneficios en comercios o en el bar, entre otros incentivos. Buscaremos cómo implementarlo. Nos tenemos que plantear llegar a 1.000 socios.
¿Cómo son las relaciones con otros clubes de la ciudad?
Otro logro de estos meses es la buena relación con todos ellos. Tenemos dos clubes colaboradores como son Rocafonda y Cirera, con una relación lógicamente excelente. Con La Llàntia también, estaremos en la celebración de su cincuentenario. Creo que dentro de Mataró debemos ayudarnos y apoyarnos entre clubes diferentes, con respeto y cordialidad entre todos nosotros. Nosotros empezamos de cero y queremos estar bien con todos, hablando y acordando todo lo necesario siempre.
¿Las condiciones del campo condicionan al club?
Muchísimo. Cuando vamos a otros campos y volvemos, siempre lo decimos todos. En este campo hacen falta muchas mejoras que de momento no llegan. Hay un presupuesto aprobado que veremos cómo se concreta. La intención del Ayuntamiento, nos consta, es acelerar el cambio de iluminación y el abastecimiento eléctrico en la zona del bar. Muy bien, muy necesario, pero hace falta mucho más.
¿Qué le diría a los lectores para que vuelvan a ilusionarse con el club?
Muy simple: quien siente la ciudad y el club debe saber que en los momentos difíciles es cuando se ven los sentimientos. Ahora es cuando necesitamos a la gente. Necesitamos más implicación para hacerlo posible.
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